Salud deportiva

El deporte siempre ha sido algo característico en nuestra ciudad. Hemos tenido épocas de vacas flacas, como las de ahora a nivel profesional en los deportes mayoritarios, pero también de éxitos y donde el nombre de Alicante retumbaba alto en los foros deportivos. Desafortunadamente, esos tiempos quedan lejanos ya para los tres grandes deportes. Es triste ver cómo ha ido disminuyendo su aparición entre la élite de sus respectivos deportes hasta la desaparición unos e incluso entre el escarnio público y la vergüenza para otros.

De esto último saben mucho por Foguerer Romeu Zarandieta, más conocido como 'El cortijo del Señor de los Ladrillos'. Recordar cada una de las tropelías realizadas por el dueño del club blanquiazul le ponen a uno los pelos de punta. En las últimas fechas parece que ha hecho un guiño, que ha dado un pasito para ver el club desde fuera. Pero todos sabemos que es de cara a la galería, no va a ser todo tan fácil. Con él no. Quizás los que vengan lo hagan peor, que ya es difícil, pero el cambio es urgente. Hace unos días coincidí desayunando por San Blas con el mito herculano, don Eduardo. Recuerdos imborrables del mítico catorce. Eran otros tiempos...

Pero es que los del balón naranja no se quedaron atrás en su momento. Alicante nunca ha tenido tradición de baloncesto, por mucho que nos quieran vender algunos, pero se lo ganaron en la pista. Enorme reconocimiento. Pero después, las moneditas no cuadraban y poco a poco se fueron a los infiernos. Como ocurrió a los chicos y chicas de la resina. El Calpisa y el jefe de los Rochel dejaron el listo alto y poco a poco fueron dilapidando la herencia dejada por éstos. Como las féminas, un intento de gigante con pies de barro que sucumbió a una pésima gestión, pese al intento de reconducirlo por parte de un colegio alicantino, pero las secuelas de la etapa anterior eran muchas. Unos que lo intentaron y a los que se les ha ido la cabeza, proponiéndose recuperar glorias pasadas desde la base. Están locos éstos de Juan XXIII... Pero el deporte es eso, grandes gestas.