PPLL
Lunes, 19 de octubre 2015, 00:54
La mortalidad por infartos está descendiendo en la fase hospitalaria. La mejor organización de los recursos y su circuito -SAMU, centros de salud y hospital-, así como el avance en los tratamientos están permitiendo esta disminución. Según el cardiólogo Alberto Cordero, «hemos conseguido que la mayoría de los pacientes que sufren un infarto hagan una vida normal y se incorporen a trabajar. Tenemos mínimos de un 3-5% de mortalidad, es decir, que al 95% de los pacientes los sacamos adelante». Con el estudio han comprobado que hasta ahora las recomendaciones dirigidas a los enfermos están centrada en una dieta general, en que no vuelvan a fumar y que cumplan con el tratamiento. El 85% abandona la adicción, pero aún un 15% sigue encendiendo el cigarro. «Siempre hacemos recomendaciones muy generales y hay que hacer más caso a los hábitos en los desayunos; pensábamos que era algo secundario y no es así», resalta.
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