La izquierda entierra la ley de señas en vísperas de las elecciones generales

Algo más de ocho meses. Esa va a ser la vida legal de la ley de señas de identidad que Les Corts aprobó el pasado 25 de marzo con los únicos votos del PP valenciano. PSPV, Compromís y Podemos presentaron ayer en la Cámara una proposición de ley con la que derogarán la norma que regulaba el uso de los símbolos de la Comunitat y vigilaba por su correcta utilización y cumplimiento de las señas. El tripartito entierra así, en vísperas de las elecciones generales, una ley que desde su nacimiento consideraron «innecesaria». Y lo harán ahora, a pocas semanas del 20-D porque las tres formaciones consideran que el debate sobre señas de identidad «está más que superado» y no sólo no reportará ningún rédito a sus contrarios (PP y Ciudadanos, sino que no supone una movilización notable del electorado. De ahí el momento elegido.

El portavoz del PSPV en Les Corts, Manolo Mata, promotor de la iniciativa, reconoció ayer que la norma era «absolutamente innecesaria», fruto de una «maniobra electoralista para alzarse como defensores de una supuesta valencianía que no conecta con las inquietudes reales de la gente en la calle». Mata, que registró la PNL junto al portavoz de Compromís, Fran Ferri, y el de Podemos, Antonio Montiel, reconoció que la derogación de la ley deja de nuevo «la identidad valenciana, su patrimonio, su lengua y su bandera en manos de los valencianos y las valencianas que son los propietarios, no es una propiedad del PP», dijo. A su entender, los populares querían crear una «ley artificial» cuando ya teníamos una ley de señas y una Acadèmia Valenciana de la Llengua que «son las garantías absolutas de nuestra protección».

Ahora, PSPV, Compromís y Podemos cumplen con su «compromiso electoral» de retirarla, dijo el socialista, quien ha concluido que «la identidad vuelve a ser propiedad del pueblo valenciano y no del PP».

En el documento registrado ayer, los tres partidos destacan el hecho de que la norma se aprobara sólo con los votos del PP para lamentar su falta de representación por parte de la sociedad. «A falta de consenso con el resto de fuerzas del arco parlamentario se le añadió que su tramitación contó con la calificación de innecesaria tanto por parte del Consell Jurídic Consultiu (CJC) como del Comitè Econòmic i Social» de la Comunitat Valenciana, dice el texto de la PNL del tripartito.

Asimismo, señala que la diversidad cultural del pueblo valenciano ya viene recogida y reconocida en el artículo 12 del Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana y por tanto, la citada ley de señas es «contraria al mismo».

«Reavivar problemas»

Para el síndic de Compromís, Fran Ferri, la mencionada ley fue un «intento electoralista del PP de reavivar ciertos problemas en la sociedad valenciana que solo hacían que dividir y en esa división intentaban pescar votos» aunque «se ha demostrado que no les sirvió para nada». Desde Podemos, Antonio Montiel consideró que la norma impulsada por el PP era «una maniobra electoralista para alzar la bandera de ser los únicos defensores de una supuestas valencianía que no conecta con las inquietudes reales de la mayoría de la gente como han demostrado los resultados electorales».

Por contra, el presidente del grupo popular, Jorge Bellver, cargó ayer contra el tripartido por la derogación de la norma. «Son unos traidores a su tierra y a su gente». «La defensa de nuestras señas de identidad es un orgullo para el PPCV, pero el tripartito se avergüenza de ser valenciano y de sentirse valenciano», dijo.