Luis Candela
Sábado, 24 de octubre 2015, 00:52
Un tribunal ha absuelto a dos policías locales de Relleu de un delito de detención ilegal al entender que actuaron correctamente al reducir y arrestar a un vecino que había dejado su coche mal aparcado mientras veía en un bar la retransmisión de la final de la Champions League que disputaban el FC Barcelona y el Arsenal. El Ministerio Público les pedía 5 años de prisión a cada uno de ellos, así como la inhabilitación total durante una década, por una detención que, según admite el propio tribunal en el fallo, estuvo plagada de «numerosos puntos oscuros», tanto durante como en los «acontecimientos posteriores e, incluso, anteriores».
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El incidente se produjo sobre las 23 horas del 17 de mayo de 2006 cuando los agentes, D.C.M. y F.F.G., entraron en el bar en el que se encontraba, en la calle Evaristo Manero de Relleu, y pidieron a la víctima las llaves de su coche. Según la acusación pública, «sin motivo alguno, le cogieron de un brazo y se lo torcieron hacia la espalda».
Antes, el vecino ya intercambió unas palabras e insultos con uno de los acusados. Ante tal actitud, este último avisó a su compañero y a la Guardia Civil, pues otro residente le advirtió de que iba a tirar una traca cerca de un bar frecuentado por ciudadanos británicos. De ahí que acudiesen a pedirle que se calmara y «evitar posibles altercados dado el estado de excitación», como indican los magistrados en la sentencia. La negativa del vecino motivó el arresto.
Por su parte, los policías justificaron su actuación, relatando en el juicio que detuvieron al hombre porque forcejeó con ellos, se sintieron intimidados y pensaron que iba a agredirles, ya que antes del arresto profirió insultos a uno de ellos. El tribunal de la Sección Tercera del órgano provincial entiende que así fue, pues considera probado que la víctima se encontraba en un «estado de alteración ostensible», tal y como relataron los testigos que presenciaron, aunque fuese a cierta distancia, los hechos.
Por su parte, el hombre insistió en la vita oral en que le tiraron al suelo y le pusieron las esposas sin leerle supuestamente sus derechos, le llevaron al edificio del ayuntamiento y lo dejaron en una barandilla engrilletado. Poco después, fueron agentes de la Guardia Civil quienes lo trasladaron hasta un centro hospitalario ante la insistencia del hombre, que se quejaba de un fuerte dolor. El agredido dijo que estos últimos le recomendaron, «ante lo injusto de la situación», que denunciase. Los policías lo negaron.
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Así, de todo lo dicho por quienes protagonizaron y asistieron a lo ocurrido, el tribunal solo cree acreditado que el denunciante profirió insultos contra los agentes acusados, a quienes incluso levantó los puños de forma amenazante, como recoge el fallo hecho público ayer. Por ello, atribuye a los ahora absueltos una actuación ante la posibilidad de una «agresión inminente».
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