Una patria de dos orillas

El español, la ambigua fortaleza de un idioma en constante ebullición capaz de las mayores proezas, sufre a menudo dificultades para expresar toda su potencia. Pero cuando la pureza de la palabra se alía con el compromiso ejemplar de quienes se valen de la lengua nacida en la Edad Media en un recóndido monasterio riojano, el resultado es emocionante. Espectacular.

Porque, en efecto, del español se valen los medios de comunicación que, a caballo de dos continentes, defienden cada día su papel central en la formación de una opinión pública responsable. Y lo hacen a menudo a través del valor que derrochan personalidades como la venezolana Laura Weffer o el fotoperiodista español Álvaro Ybarra. Y el idioma acunado en San Millán de la Cogolla sirve también a la perfección como vehículo de la comunicación artística. El futuro, en consecuencia, se escribe español.

Lo demuestra desde hace cinco años la iniciativa alumbrada en Logroño en 2011 por Vocento a través de Diario La Rioja. La alianza estratégica sellada con CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) dos años después permitió a Futuro en Español, esta criatura que va alcanzar ahora un espléndido grado de madurez, reunir como ayer en La Rioja a apasionados defensores de esa patria común que forman cientos de millones de hispanohablantes. Escuchar el dulce acento de Weffer relatando las infinitas calamidades que atraviesan los medios de comunicación en su país para derrotar a la censura chavista reconciliaba al público que abarrotó el Centro de la Cultura del Rioja con el periodismo en estado puro. Un oficio que sólo se puede ejercer desde un profundo espíritu de servicio: el periodista español Manuel Aguilera abandonó las mullidas redacciones para impulsar un prometedor nuevo medio que aprovecha las posibilidades de la tecnología para conquistar a toda la comunidad latinoamericana. Álvaro Ybarra ignora penalidades sin cuento para retratar con su Laika la agonía y la esperanza que se esconden en lo más profundo de América Latina. Y la veterana Consuelo Álvarez de Toledo se reiventa en su oficio, el periodismo, con la misma intención: que España mire hacia Latinoamérica con la misma pasión que ella pone cada día al frente de Infolatam.

Son sólo algunos de los ejemplos que una audiencia entregada pudo conocer ayer, durante la sesión matinal de debates inaugurada con la delicia de ver en acción a Jorge Edwards. Clase, estilo, ingenio: en su conversación con el director de Diario La Rioja, José Luis Prusén, el escritor chileno ofreció razones para la esperanza. Para creer de verdad que todo el potencial oculto en las entrañas del español tiene todavía pendiente un desarrollo más profundo. Con esa intención, los invitados que fueron desfilando por el escenario coincidieron en que tan necesario resulta una visión panorámica (es decir, panamericana) del idioma que estrenó para la literatura el riojano Gonzalo de Berceo como una fe más radical en su capacidad para hermanar a personas de naciones tan distintas como la Colombia de Guillermo Fernández de Soto, director de CAF para Europa, o la España de Benjamín Lana, responsable editorial de Vocento que moderó la primera mesa redonda. Porque así como De Soto invitó durante su alocución a «aprovechar el realismo mágico de lo que suponen las experiencias conjuntas que compartimos», Lana abundó en la idea arriba mencionada: si el periodismo no es comprometido, «no es periodismo», concluyó. Dos voces, dos acentos, un idioma único.

La edición 2015 de Futuro en Español, que se clausura hoy, prosiguió con un encuentro en torno al español como germen de la creación artística y concluyó por la tarde con una doble sesión: una reflexión en torno al auge del periodismo gastronómico y un concierto de Juan Perro Trío. Canciones que sonaron como improbables himnos para la patria común del idioma.