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El actual Consell también recurrirá al FLA para poder cuadrar los presupuestos

El Ejecutivo de Puig echará mano de los fondos del Gobierno para equilibrar las cuentas si el próximo año no mejora la financiación

BURGUERA

Sábado, 31 de octubre 2015, 00:36

De no cambiar mucho las cosas en las relaciones económicas entre la Comunitat y el Estado, todos los caminos conducen a seguir dependiendo del FLA para cuadrar los presupuestos. Ese Fondo de Liquidez Autonómica es el Plan B que el conseller de Hacienda, Vicent Soler, guarda en la recámara si su «presupuesto reivindicativo» no cuaja y la nueva financiación no llega el próximo año. En la hoja de ruta presupuestaria del Consell a la hora de confeccionar sus cuentas se incluye, como último recurso, el fondo de liquidez cuestionado por los socialistas durante años.

Si finalmente no aparecen los 1.300 millones de euros que Soler ha incluido en los presupuestos sin saber si finalmente llegarán o no, «habrá que tirar del FLA», admitió el conseller, que no hace ni un mes calificaba como «un doble engaño» este fondo con el que el Gobierno de Rajoy ha socorrido durante los años de la crisis a las regiones con problemas de caja, entre ellas y muy especialmente la Comunitat. Sin ir más lejos, ayer mismo, Soler consideró ese FLA como un «mecanismo que hace crecer la bola de la deuda».

El presidente de Les Corts, Enric Morera, recibió ayer las cuentas públicas autonómicas para el próximo año de manos de Vicent Soler, y a partir de ahora se iniciará su tramitación parlamentaria hasta su aprobación por el pleno de Les Corts en diciembre. Tras su encuentro con Morera, el conseller desgranó el presupuesto haciendo especial hincapié en justificar la inclusión en los ingresos de la partida de 1.300 millones como transferencia de urgencia desde el Gobierno central si no se implanta un nuevo sistema de financiación.

La Generalitat «necesita y reivindica» esta cantidad, según Soler, para que se cumplan los principios de «equidad, solidaridad y suficiencia en el reparto de dinero público». Además, recordó que la propia Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) avala estas cifras. «Y aún nos quedamos cortos», insistió el responsable de las cuentas públicas, para quien ese plus político en la contabilidad se trata de «la reivindicación de una situación injusta que afecta a cinco millones de personas que están maltratadas y queremos que se sepa, queremos que se diga por tierra, mar y aire que no tenemos esos ingresos». El conseller presumió del agujero presupuestario por considerar importante reflejar una «injusticia que afecta a la dignidad de los valencianos». A su juicio, «no hay ningún motivo para que no tengamos esos 1.300 millones que nos acercan a la media española».

Preguntado sobre qué ocurrirá si no se cuenta finalmente con esos ingresos y si el presupuesto se va a ejecutar como si existiesen de verdad, Soler aseguró que sí, que dispondrá las cuentas públicas como si esa transferencia estuviese asegurada. Así lo hará, dijo, porque no quiere «que llegue por el FLA», porque este mecanismo está «haciendo crecer la bola de la deuda, que ya es inmensa». Sin embargo, admitió que, si no hay transferencia del Estado, el Consell «tendría que tirar de nuevo del FLA».

Ingresos vía tributos

Los actuales encargados de las cuentas públicas tampoco llegan con la piedra filosofal bajo el brazo a los despachos de Hacienda. La receta habitual: el año próximo, o el dinero llega desde Madrid (en forma transferencia o cambio del sistema de financiación) o se echará mano del FLA. Y a partir del año siguiente, según sugirió el equipo de la Conselleria de Hacienda que acompañaba a Soler (la secretaria autonómica de Hacienda, Clara Ferrando; y los directores generales de Presupuestos, Tributos y del Sector Público, José Moreno, Eduardo Roca y Ángeles Cuenca, respectivamente), tampoco habrá milagro, y serán los valencianos quienes pongan de su parte vía impuestos. Ferrando explicó que hay pocas herramientas para incrementar los ingresos, y entre ellas están los impuestos, y citó varias tasas y tributos susceptibles de ser modificados en el futuro si no hay un cambio en el modelo de financiación.

Como era previsible, tanto PSPV como Compromís, y su socio del 'Pacto del Botánico', dieron su bendición a los presupuestos. El PP, no, y anunció su diputada Eva Ortiz indicó que lo poco que conocen de las cuentas les «inquieta y sorprende», por lo que pondrán «especial interés en saber de dónde sale cada partida de ingreso y de gasto». El apoyo de Ciudadanos fue muy matizado por Carolina Punset, su portavoz en Les Corts, precisamente por esos 1.300 millones ficticios. La síndic recalcó que «no es seguro que la reforma llegue el próximo año, por lo que son unas cuentas irreales». A su juicio, esa previsión que hace de ingresos, sólo llegará si se reforma el sistema de financiación. «No nos parece bien pero entendemos que hoy por hoy es la única solución para cuadrar las cuentas».

Tampoco será la primera vez que se hacen equilibrios para encajar la contabilidad pública. El nuevo Consell desinfló ayer el asiento de ingresos que el PP solía tratar con excesivo optimismo, según explicó Soler. La Generalitat prevé para 2016 una caída de la recaudación procedente de los impuestos directos del 1,2%, hasta 3.250 millones, mientras que la de los indirectos subirá un 4,5%, hasta 6.075 millones. La bajada de los ingresos tributarios propios se estima en el 24,1%, hasta 615 millones, según explicó Soler, por un análisis «realista». Los altos cargos del nuevo Consell enumeraron diversas partidas 'tóxicas' y heredadas del Ejecutivo que lideraba Fabra, artificios contables en Sanidad, empresas públicas e impuestos con el fin de equiparar gastos e ingresos. Todos esos malabarismos fueron finalmente sancionados por Bruselas, y a pesar de que el Consell considera que esa multa debe pagarla el Gobierno, ayer Soler admitió que reservan 19 millones en una partida de gastos diversos para abonar la sanción y retomar la relación con la UE con el fin de captar la mayor cantidad posible de fondos europeos.

El anteproyecto contempla un total de 383 millones para inversiones reales, lo que supone un aumento del 10,3% respecto al ejercicio anterior. Aunque Soler despachó una perorata contra una planificación de la inversión clasificada por regiones (porque es «engañarnos a nosotros mismos» imputar a una provincia una inversión antes de que empiece a ejecutarse), acto seguido, su director general de Presupuestos explicó que hay 245,2 millones de inversiones territorializadas, de las que 54,5 millones corresponden a la provincia de Valencia, 45,8 a Alicante y 37,6 a Castellón.

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