europa press
Domingo, 1 de noviembre 2015, 18:30
El Servicio de Cirugía Plástica del Hospital General Universitario de Alicante ha cumplido dos décadas de tratamiento de niños con malformaciones faciales congénitas, como el labio leporino o la fisura del paladar, según ha informado la Generalitat Valenciana en un comunicado.
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Desde el gobierno valenciano, han señalado que la gravedad de las deformidades faciales congénitas que pueden presentarse es "muy variada", según la estructura afectada, que puede ser el labio, el paladar o un pabellón auricular y "puede suponer un gran reto reconstructivo".
Por ejemplo, el labio leporino y la fisura palatina son el resultado de una mala unión de las estructuras del centro de la cara durante el desarrollo embrionario. Según ha indicado la Generalitat, "afortunadamente, la frecuencia global de recién nacidos --conocidos como niños 'fisurados'-- con defectos congénitos en España ha ido disminuyendo con el paso del tiempo. El mejor control de los embarazos y la mayor planificación de los mismos, con la toma de ácido fólico, han ayudado a reducir esta tasa", han apuntado.
Esta unidad del centro hospitalario, a cargo de las doctoras Lorda y Fernández, ha realizado durante estos años alrededor de 300 fisurados y otras tantas otoplastias, las operaciones necesarias para solucionar este problema. Estas intervenciones consisten en unir el labio (queiloplastia), cerrar el paladar (uranoestafilorrafia), rellenar la encía con injerto óseo alveolar o remodelar el cartílago auricular si es necesario y corregir las secuelas.
Según ha explicado la doctora Lorda, "es muy importante que el niño sea remitido al Servicio de Cirugía Plástica lo antes posible para planificar la cirugía, que habitualmente se inicia cuando el niño tiene tres meses".
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El control de estos niños debe continuar durante todo su desarrollo porque estas deformidades pueden dificultar el habla o la dentición, e incluso pueden requerir posteriormente una cirugía correctora facial, si el crecimiento de la cara no ha sido armónico.
"Desde nuestro Servicio nos esforzamos por conseguir un tratamiento integral que precisa de otros especialistas como logopedas y ortodoncistas ya que desafortunadamente sigue siendo complicada la financiación de estos tratamientos", ha señalado la doctora Fernández.
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"Los padres nunca deben sentirse culpables, aunque es inevitable que se sientan afectados o incluso se retraigan de tener otro hijo. Estas malformaciones suelen ser aisladas aunque es cierto que en algunas poblaciones la incidencia de fisurados es más alta, como ocurre en Centroamérica", han explicado las doctoras.
Según la Generalitat, el equipo de Cirugía Plástica Infantil está "muy concienciado con la grave afectación que este tipo de defectos produce tanto en los niños como en sus padres, por ello luchan cada día para devolver la normalidad" en lo que han llamado, "operación sonrisa".
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