Una fundación para niños enfermos gastó 200.000 euros en el polémico ático de Bertone

D. MENOR

Miércoles, 4 de noviembre 2015, 01:35

Que la Iglesia tiene uno de sus mayores pozos negros en las finanzas vaticanas no es algo nuevo. Se sabe de forma pública al menos desde los años 80, cuando estalló el escándalo del Banco Ambrosiano y salieron a la luz los sucios negocios en que andaba metido el Instituto para las Obras de Religión (IOR), la llamada banca vaticana. En aquellos terremotos financieros y mediáticos del pasado no faltaba de nada: suicidios, cardenales corruptos, oscuras relaciones con la mafia, sumas millonarias que se esfumaban... Por desgracia para los católicos, la situación ha cambiado poco en estos últimos 30 años: la jerarquía eclesiástica parece tener una capacidad innata para cometer pufos cuando gestiona grandes cantidades de dinero.

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Los documentos que habrían filtrado el sacerdote español Lucio Vallejo y la laica italiana Francesca Chaouqui muestran precisamente que las irregularidades, los derroches y los usos indebidos de los fondos son hasta ahora algo habitual en el Vaticano. Uno de los ejemplos más flagrantes tiene como protagonista al cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado durante el pontificado de Benedicto XVI.

El libro 'Avaricia', firmado por Emiliano Fittipaldi y en el que se recogen algunos de los papeles entregados por Vallejo y Chaouqui, asegura que la Fundación Bambin Gesù (Niño Jesús), que recibe donaciones para niños enfermos, le pagó a Bertone la remodelación de su polémico ático. Desembolsó por ello 200.000 euros. El cardenal asegura que entregó a la Gobernación del Vaticano la suma que le pidieron por los arreglos, sin aclarar si hizo falta la cantidad adicional que habría dado esta fundación. Su director confirma el gasto y asegura que se realizó para utilizar luego con «fines institucionales» la casa de Bertone, que tiene alrededor de 700 metros cuadrados.

No fue este el único gasto disparatado que la Fundación Bambin Gesù habría tenido con este cardenal de modos aristocráticos: para impedir que tuviera que sufrir la molestia de viajar en coche hasta Basilicata, en el sur de Italia, alquiló para él un helicóptero por 23.800 euros.

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