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Pedro López
Miércoles, 4 de noviembre 2015, 01:37
Las fuertes precipitaciones registradas el pasado lunes en prácticamente toda la provincia han sido muy beneficiosas para el campo alicantino. Además, los más de 100 litros por metro cuadrado recogidos en algunas comarcas han venido a sumarse a las importantes cantidades acumuladas en diferentes días del mes de octubre, convirtiendo así este otoño en el más lluvioso de los últimos 14 años.
Sin embargo, las precipitaciones anotadas en las últimas semanas no bastan para paliar la preocupante sequía que atraviesa la provincia y que, unida a las restricciones en el Trasvase Tajo-Segura y la paralización del Júcar-Vinalopó, han dejado a los cultivos de todo tipo absolutamente extenuados. Las lluvias del lunes, aunque provocaron daños en zonas urbanas, han supuesto un riego para muchos cultivos.
Aunque el déficit pluviométrico en diferentes comarcas alicantinas, especialmente las situadas en el sur, continúa siendo muy grave, las lluvias de octubre y las registradas el lunes han sido muy bien recibidas por los agricultores, especialmente en las zonas más castigadas por la sequía, como la Vega Baja, donde en puntos como La Murada se contabilizaron 60 litros por metro cuadrado. Cantidades similares cayeron en localidades del Medio Vinalopó, como Agost, Novelda, La Romana, Hondón de los Frailes y Hondón de las Nieves. También en lugares del Alto Vinalopó y La Montaña.
En esta zona en concreto la lluvia ha resultado muy positiva para la uva de mesa, «ya que la humedad en suelo no hace daño. Ahora es necesario que se mantengan temperaturas medio-bajas y el viento moderado también será bien recibido por este cultivo tan importante para la economía de las familias», aseguraron desde Asaja Alicante.
También hay que destacar que una parte importante de la lluvia cayó en los embalses de la cuenca del Júcar en la provincia, como Beniarrés, Guadalest o Amadorio. No obstante, la cantidad embalsada era tan baja en todos ellos que la situación continúa siendo crítica. En el Amadorio, por ejemplo, las lluvias del otoño han incrementado el agua embalsada en apenas 0,3 hm3 y, con 1,23 hm3 está al 7,77% de su capacidad. El embalse de Beniarrés está al 18,78% y el de Guadalest, al 23,54%.
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