El Altet teme que la protección del saladar de Aguamarga afecte a la seguridad aérea

El Ayuntamiento de Alicante está decidido a incrementar el grado de protección del saladar de Aguamarga y para ello llevará a Pleno una declaración institucional en la que pedirá a la Generalitat su declaración como Paraje Natural Municipal. Una decisión que ha hecho saltar las alarmas de los responsables del aeropuerto de El Altet que consideran una amenaza para la seguridad aérea el posible incremento de aves en esta zona.

Los responsables del aeródromo han iniciado esta misma semana una ronda de conversaciones con el Ayuntamiento para analizar los posibles riesgos y las fórmulas más adecuadas para evitarlos.

La apuesta por la protección del saladar es una demanda histórica de los grupos ecologistas de la ciudad, que llevan años denunciando los efectos nefastos que la instalación de la desaladora está provocando en este espacio natural, que consideran de altísimo valor ambiental.

No solo la desaladora ha supuesto un caballo de batalla para los que defienden este saladar, que actualmente pasa parte del año seco. También la cercanía del aeropuerto de El Altet, su ampliación y sus previsiones de crecimiento se han visto como una interferencia.

La misma amenaza que ahora ven los responsables de El Altet en las intenciones municipales de proteger el saladar.

Ante el anuncio de que se promoverá su declaración como Paraje Natural Municipal, desde el aeropuerto se ha promovido esta misma semana una reunión entre el director, Santiago Martínez-Cava, y el concejal de Medio Ambiente, Víctor Domínguez.

En el encuentro, según explicó después Domínguez, el máximo responsable del aeródromo manifestó su preocupación ante un posible problema con las aves, que venga a sumarse al que ya tienen que afrontar por la presencia de gaviotas que vuelan entre el litoral y la planta de tratamiento de residuos de Fontcalent, que tienen que controlar para que no produzcan interferencias con el tráfico aéreo.

Domínguez explica que entre 2010 y 2011 se produjeron conversaciones al respecto de estas interferencias entre el Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, el aeropuerto y la Generalitat, en las que se acordó encargar informes sobre esta situación al Ministerio y a a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Unos informes que todavía no se han redactado, según Medio Ambiente.

Como solución provisional, se acordó que el Taibilla (que gestiona la desaladora) se comprometiese, hasta obtener los informes, a mantener una lámina de agua de 10 centímetros de espesor durante todo el año. Un compromiso que, según los ecologistas, se ha incumplido en varias ocasiones.

Ahora, el incremento de la protección y la declaración de Paraje Natural conllevarán, explica Domínguez «una serie de actuaciones para proteger y favorecer el desarrollo de la flora y fauna autóctonas, que efectivamente pueden interferir con los vuelos, si no se toman medidas».

Por ello, se acordó mantener una serie de reuniones en las que diseñar fórmulas para evitarlo. «Para empezar, hemos acordado reclamar al Ministerio y la Agencia de Seguridad Aérea los informes que se comprometieron a realizar sobre este particular», indica Domínguez.

Además, quedaron en que el aeropuerto presentará las rutas de vuelo que pueden verse afectadas y el Ayuntamiento sus planes para la recuperación de flora y fauna, para alcanzar un acuerdo y garantizar la seguridad.

También se estudiarán otros casos, como el del aeropuerto de Barcelona, donde se da una situación similar, que se ha conseguido solventar sin problemas.