Jugar contra sí mismo

Tras el paréntesis de la semana pasada, este paradójico Torrevieja volvió ayer a las andadas en Buñol. Los albiazules firmaron un gran primer tiempo, con cuatro claras ocasiones de gol, incluido un penalti, pero un despiste defensivo costó el 1-0 sin que en toda la segunda mitad, pese a las situaciones propiciadas y la merma de efectivos locales, pudiera siquiera empatar.

A los ocho minutos llegó la primera, un centro de Adrián Banderas a la cabeza de César, que en el segundo palo remató sin sorprender a Vicente. Mediado el primer periodo un pase en profundidad hacia la derecha de Martín al debutante Higón terminó con remate de éste desviado por la muralla llamada Vicente. Rubén Suárez conectó un potente disparo que rechazó el meta, e Higón tampoco consiguió aprovechar el rebote. Para colmo, cumplida la media hora César desperdició la más clara, una pena máxima señalada por agarrar Iván a Matej. Una vez más, Vicente se interpuso e impidió la ventaja salinera.

El temor radicaba en que el Buñol sacara producto de sus primeras aproximaciones. Miguel Serna hubo de rechazar un testarazo del desmarcado Juliá, síntoma de que se estaba perdiendo la colocación en defensa. Y dos minutos después se consumó la fatalidad: los de Jero López se adelantaron, al mostrar More la puntería de la que carecieron los torrevejenses.

En la segunda parte no fue tan fluido el fútbol del Torrevieja, que aun así, y a pesar de la inquietud por dos amagos de contragolpe locales, tendría más opciones para al menos igualar. El Buñol se quedó con dos menos y ni así. Se entró en la espiral de ansiedad según se agotaba el tiempo. Higón lo intentó, también desde fuera del área, pero ahí estaba Vicente. El Torrevieja, otra vez, dilapidó una excelente media hora, en la que pudo haber encarrilado el marcador.