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El preparador infantil llega custodiado a la Audiencia Provincial para el juicio, ayer.

Rebajan en diez años la petición de pena para el entrenador de Novelda

La Fiscalía entiende que no hay pruebas de las dos agresiones por las que lo acusaba, aunque sí de los abusos, la corrupción y el exhibicionismo

Luis Candela

Miércoles, 18 de noviembre 2015, 01:28

El caso de los presuntos abusos sexuales a cinco menores de edad por parte de un entrenador y ojeador de Novelda ha quedado visto para sentencia. La Audiencia Provincial de Alicante ha acogido desde el lunes el juicio contra Miguel Ángel M.N., también conocido como Míchel, acusado de llevar a su casa a varios chavales para supuestamente ver partidos que, según sostiene la acusación, se tornaban en episodios de índole sexual en los que se exhibían películas pornográficas y se sometía a los chicos, de entre 11 y 17 años, a tocamientos.

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Sin embargo, la representante del Ministerio Público tuvo que rebajar ayer en la última sesión de la vista oral su petición inicial de cárcel, según informaron las fuentes jurídicas consultadas. La acusación pública considera que no han quedado acreditados dos delitos de abuso sexual con acceso carnal que atribuía a Míchel, pero sí cuatro delitos continuados de abuso sexual, dos de ellos a un menor de 13 años, así como un delito continuado de exhibicionismo y cinco de corrupción de menores.

Por ello, la pena de prisión que se solicita para el entrenador y ojeador noveldense, defendido por el letrado Javier Carbonell, queda rebajada hasta poco más de 20 años entre rejas.

El reo declaró el lunes durante su interrogatorio para negar los cargos por los que está acusado. Tan solo reconoció el hombre que en su casa se vio «en una ocasión» una cinta porno, al tiempo que los chavales se masturbaban, como indicó al tribunal de la Sección Décima.

El acusado narró que durante casi cuarenta años dedicó su vida a observar a chavales a las puertas de colegios e institutos. A partir de ahí, dijo que contactaba con ellos y sus familias para forma equipos y ofrecerlos al club de Novelda e, incluso, al Hércules de Alicante si despuntaban.

Las investigaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil durante meses llevaron a los agentes a detener al reo. En su casa hallaron abundante material pornográfico y restos biológicos de los menores que denunciaron los presuntos abusos, muchos de los cuales sufren trastornos de la personalidad. Los chavales declararon ayer a puerta cerrada y ratificaron lo relatado hasta el momento.

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El 24 de octubre de 2013 los agentes practicaron un concienzudo registro del domicilio del procesado, ubicado en el barrio de San Roque. Tras realizar esta diligencia, el instructor tomó declaración al detenido y ordenó su ingreso en prisión preventiva, donde permanece desde entonces. Sin embargo, el acusado sostuvo el lunes que las acusaciones resultan del todo infundadas y que detrás de ellas se encuentran «dos manos negras». Según su versión, dos madres de sendas víctimas urdieron un plan a modo de venganza.

Mientras, el letrado del otro acusado de participar en los encuentros sexuales, Alberto Martínez Alcalá, abundó en la idea de que ninguno de los testigos ha vinculado a su patrocinado con los hechos denunciados. Por ello reclamó su absolución, extremo que la Fiscalía dejó a la valoración del tribunal y al que no se opondrá. Según dijo este procesado, solo pasaba por casa del principal procesado a llevarle la lotería de la peña de la que participaban.

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De ser condenado, el conocido exentrenador del fútbol base de Novelda deberá indemnizar con 3.000 euros a cada una de las seis víctimas, tal y como recoge el Ministerio Público en su escrito de acusaciones.

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