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Luis Candela
Viernes, 20 de noviembre 2015, 01:04
La Policía Nacional ha capturado en la población murciana de Cieza a un hombre que debía rendir cuentas con la justicia alicantina desde marzo de este año pero que, días antes del juicio, se esfumó. El sujeto está acusado de agredir sexualmente a sus dos hijas menores de edad en el domicilio familiar en el que convivían, ubicado en Alcoy, hechos por los que deberá ser juzgado en la Sección Décima de la Audiencia Provincial de Alicante.
El individuo, Laureano T.P., pasó ayer por dependencias del órgano provincial para que el tribunal decida qué hacer con él, dictamen que se resolverá rápidamente, a la espera de la nueva fecha para la vista oral. Según informaron fuentes jurídicas a este diario, el arresto se produjo el miércoles pasado en la localidad murciana después de que el prófugo tuviese que cumplimentar unos trámites administrativos.
Su nombre apareció rápidamente en las bases de datos de personas huidas por asuntos pendientes con la Administración de Justicia. Entre tanto, en estos casi ocho meses huido, el hombre dedicó sus días a la taxidermia con animales, como indicaron las citadas fuentes.
La decisión que adopte la Sala, donde compareció el procesado asistido por su letrado, el abogado penalista José Manuel Yepes, ya se le comunicará al reo en el centro penitenciario de Fontcalent, donde se encuentra internado de momento.
El Ministerio Público reclama para el hombre una pena de veinte años entre rejas por los graves hechos que fueron denunciados en el año 2013. Según se desprende del escrito del fiscal, el hombre sometió a abusos sexuales constantes a las niñas desde el año 2004, cuando tenían siete y ocho años de edad, que supuestamente se prolongaron hasta el año 2012. Un juzgado de instrucción alcoyano dirigió la investigación hasta que mandó la causa a juicio en la Audiencia por lo elevado de las penas.
Cada noche, al menos durante tres o cuatro días a la semana, el acusado presuntamente se colaba en la habitación de las crías para obligarlas a que le diesen un masaje. La acusación pública sostiene que aprovechaba las ausencias de la madre. La Fiscalía relata en su escrito que el presunto agresor proseguía forzando a las menores y las obligaba a tocamientos y todo tipo de fechorías.
Además de las penas de prisión, el Ministerio Público pide que se condene al acusado a no poder acercarse a menos de 300 metros a las niñas en diez y doce años, respectivamente, así como a que tampoco pueda comunicarse con ellas. En concepto de responsabilidad civil, el reo deberá abonar un total de 110.000 euros por los presuntos perjuicios físicos y psíquicos causados a sus dos hijas durante casi una década.
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