Un solo Gordo y ninguna pedrea

Tal día como hoy, pero dentro de un mes, sonarán incesantes los repiqueteos de las bolas en el bombo de la Lotería Nacional y el soniquete de los niños de San Ildelfonso cantando números y premios. Muchos alicantinos estarán pendientes del Gordo de Navidad, pero a otros el premio ya les habrá tocado dos días antes y, contrariamente al sorteo, aquí no hay pedreas ni nada de consolación, por lo que la mayoría estará muy, muy fastidiada. Los principales partidos que concurren a los comicios por la circunscripción de Alicante viven pendientes tanto del resultado como de sus consecuencias, que pueden ser fatales en algunos casos.

Las elecciones más abiertas de la democracia dejarán en Alicante un solo triunfador y un buen número de perdedores. Tal vez ni siquiera eso, puesto que alzarse con el primer puesto no asegura nada.

Es el caso del Partido Popular, al que se presupone que se mantendrá como el partido más votado. Sin embargo, las encuestas les son bastante adversas, puesto que ahora cuentan con mantener solo la mitad de los diputados que sacaron en 2011 y pasarían de ocho a cuatro representantes en el Congreso. Desde la formación admiten que la imposición del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, les ha «roto el discurso de la regeneración» que querían abanderar en campaña y del que ahora se apropia Valencia, que vetó al ministro a cambio de poner a Elena Bastidas, exalcaldesa de Alzira.

De hecho, García-Margallo apenas ha aterrizado todavía en la provincia y el partido teme que el delicado panorama internacional pueda interrumpir su campaña. De hecho, sus compañeros populares de Valencia y Castellón ya han presentado a sus listas públicamente (oficialmente el plazo concluyó el pasado lunes) y en Alicante todavía esperan.

Los más optimistas esperan que sea una campaña de temas nacionales e internacionales: Cataluña, terrorismo... por lo que confían todavía en remontar y conseguir cinco y hasta seis en el mejor de los casos. Sería un gran resultado para los populares que, a la vuelta de las elecciones, comenzarán los procesos de renovación de los órganos de dirección autonómico y provinciales.

La presidenta regional, Isabel Bonig, se ha jugado mucho en su apuesta de candidatos para las nacionales en una autonomía con la tercera y quinta provincias con más diputados en juego. Una mala pasada y el PP perderá sus opciones de revalidar La Moncloa, algo que puede hacer hace dudar a algunos del liderazgo de la castellonense.

Tampoco Ximo Puig, pese a ser presidente de la Generalitat, las tiene todas consigo. Él, y solo él, ha sido el hacedor de las candidaturas autonómicas del PSPV. Julián López Milla vuelve a ser candidato, después de la experiencia de las autonómicas. Los socialistas no manejan obtener más de tres diputados, perdiendo uno respecto a los anteriores comicios.

La única diferencia con el PP es que con Puig en el sillón del Palau, un relevo es impensable. Eso y que el jefe del Consell podría aprovechar un hipotético cambio de Pedro Sánchez para posicionarse con Susana Díaz y ejercer de 'barón' regional. No obstante, 'pedristas' hay en la Comunitat y los choques estarán en el orden del día aunque sea a nivel interno.

Del resultado electoral no dependerá solo la situación dentro del PSOE a nivel nacional, sino que hasta pueden variar los pactos de gobierno tanto en la Generalitat como en los principales ayuntamientos de la Comunitat: Valencia, Alicante y Elche, los tres mantenidos con Compromís. Un pacto con Ciudadanos en Madrid o un giro al centro del PSOE, que es lo que parece marcar la presidenta andaluza, podría comenzar a cambiar fuerzas en los gobiernos municipales que no se sabe hasta dónde terminarán en el regional.

C's a por todas

Precisamente, Ciudadanos es la gran incógnita o sorpresa o protagonista de la presente campaña. Solo tiene la única referencia de las elecciones autonómicas y municipales de mayo, donde sacó en Alicante el mayor porcentaje de la formación en una capital de provincia: 18,4%, un magnífico punto de partida para la organización naranja. «Esta vez, además, hay candidato», apuntan desde Ciudadanos. Los más optimistas confían, incluso, en situarse como primera fuerza política en la provincia, quitándole el puesto al PP.

Puede parecer demasiado, pero algunas encuestas les dan ya el segundo lugar en porcentaje y empatados a diputados con el PSPV. Dejándose llevar por Albert Rivera, que vendrá a la provincia el 12 y si van bien las cosas hasta en la última semana hay posibilidades, esperan dar el zarpazo definitivo. La campaña se espera larga, pero Ciudadanos mantendrá un perfil plano en la provincia para que, de la mano de su líder, incluso se pueda aspirar a la Moncloa con los pactos postelectorales tal día como hoy, pero dentro de un mes.

No obstante, no todo es brillo en Ciudadanos, cuya guerra fratricida se ha aparcado hasta después de las elecciones. Como el PP, también tienen congreso en febrero, donde se compondrá definitivamente la organización en la Comunitat Valenciana y en la provincia de Alicante. A nivel autonómico, unos apoyan a la actual portavoz en Les Corts, Carolina Punset, y otros apuestan por Fernando Giner, portavoz en Valencia.

En la provincia, otro tanto de lo mismo. Emigdio Tormo aspira a volver a ser el coordinador provincial, mientras que el portavoz alicantino, José Luis Cifuentes, podría presentarse como alternativa. Por el momento, los partidarios de Tormo y de Emilio Argüeso parece que ganan en el plano orgánico, pero la batalla definitiva todavía no se ha planteado ni si Punset se irá a Bruselas.

A Bruselas, no, pero el pacto entre Compromís y Podemos puede ser un mal viaje para Mònica Oltra. La coalición ha sido su apuesta, con la opinión contraria del Bloc. Encima, en la provincia de Alicante la candidata ha sido elegida por Podemos, Rita Bosaho, mientras que Compromís se ha quedado Valencia y Castellón. Tal vez por eso la presentación ha sido en Alicante.

Apoyo mutuo

En la provincia, Podemos necesitaba más a Compromís que al revés. La formación de Oltra ha puesto toda la organización y Podemos la candidata, puesto que el círculo de Alicante está ahora mismo suspendido y no hay formación a nivel provincial, ni portavoz, ni nada. Es más, algunos concejales electos de Podemos ya han dicho en privado que no participarán en campaña por su enemistad con Bosaho, próxima a las listas ganadoras en primarias internas.

Un mal resultado podría desinflar las aspiraciones de Compromís, lo que unido a ese temor de que el PSPV rompa y se vaya con Ciudadanos, podría dejar en muy mal lugar a Mònica Oltra. Perder no solo las elecciones, sino los cargos, levantaría la marea que ya hay en la formación.

Mientras, Podemos es una incógnita. Su mira ha bajado varios puntos y después de las elecciones tendrá que resolver su propio futuro en la provincia.

En estas cuatro variables se medirá el resultado del 20D en la provincia y, por elevación, en la Comunitat. Puede ser que, dos días después de las elecciones y en plena negociación de investidura, más de un diputado incluso se acerque a la administración de lotería más cercana y compre algún boleto porque, ya se sabe, allá donde hay desgracias siempre suele tocar el Gordo.