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Fernando Amat
Lunes, 23 de noviembre 2015, 00:59
El Orihuela dio un golpe encima de la mesa y convenció a su afición por primera vez esta temporada en el municipal de Los Arcos. Demostró un juego fluido sobre un campo en óptimas condiciones. Con cuatro victorias consecutivas la confianza de los amarillos está por las nubes. El cuadro de la Vega Baja doblegó al Buñol por tres goles a cero y dio cuenta de que en casa también gana con rotundidad, la victoria supo a más de tres puntos.
Con la racha de triunfos -cinco en un mes- los de Gabi Correa confirman su buen estado de forma. Remontan en la clasificación hasta el noveno puesto y miran más de cerca la promoción de ascenso. Sus rivales directos solo atesoran un punto más, por lo que solo queda un paso para enmendar los tropezones de inicio de temporada
El partido comenzó con una intervención de Vicente, que salvó a su equipo. Con muchos reflejos frenó la llegada de Ginés en los primeros compases. A trompicones el conjunto local casi logró su primer tanto. El nueve del Orihuela volvió a intentarlo desde fuera del área un minuto después, pero de nuevo el guardameta rechazó el balón. El cuadro amarillo se volcó en la portería rival sin esperar que el partido madurara.
Gabi Correa decidió colocar al lateral derecho Álex García por delante de la defensa, para que acompañase a Mikey. En su puesto puso a Chema en el flanco diestro para sorprender al rival. El capitán dio más mordiente en la medular y el entrenador esperaba que Chema desbordase por su parcela.
El murciano Ginés demostró ayer encontrarse en un óptimo estado de forma, puesto que en cada balón que le llegaba generaba una ocasión de gol. A los locales les costaba sacar la pelota a campo contrario, pero una vez que rebasaban la línea medular conseguían ser muy verticales. Se notó que las tres victorias consecutivas han dado mucha confianza al grupo, y a pesar de las bajas los escorpiones lanzaron rápidos ataques. El Orihuela ha mejorado su juego ofensivo en el último mes y el buen estado del terreno de juego ayudó a que el balón corriera con rapidez. Las jugadas se entrelazaron con fluidez y el ritmo de partido no decaía en el ecuador del primer tiempo. Ambos contrincantes intentaron aprovechar dos contraataques que finalizaron en centros al área sin peligro. El desgaste físico era evidente.
De nuevo Ginés pudo resolver tras un balón que le cayó colgado dentro del área sobre la media hora. El remate lo despejó un defensor blanco. En la jornada 15 el Orihuela ya sabía qué palo tocar para llegar al área contraria, los rechaces caían a favor y la mayoría de tentativas para marcar terminaban con lanzamientos a puerta. La posesión del esférico ya era casi propiedad oriolana y la afición solo esperaba que se materializase el dominio. Al igual que el césped, los escorpiones demostraron haber crecido desde la última visita del Elche Ilicitano.
Justo antes del descanso un lance aislado del encuentro acabó con la expulsión de Panadero, quien agredió a Mikey, que quedó tendido sobre el tapete. El centrocampista del Buñol pisó a su rival, lo que provocó que ambos conjuntos se arremolinasen cerca del círculo central. La sucesión de empujones e improperios se resolvió con varias amonestaciones. Hasta el momento el choque había transcurrido sin entradas sucias. El entrenador del Buñol decidió retirar a Riky que se había sobresaltado en la tangana y que ya sumaba una amarilla. Los valencianos salieron de la bronca con un menos.
El Orihuela se volcó en la segunda parte, sabedor de que disfrutaba de superioridad numérica. La lata se abrió a partir de un saque de córner, donde el balón no encontró rematador. Samu Jiménez, el listo del patio, empaló el balón que venía de rechace dentro del área llegando desde atrás. El portero no pudo hacer nada y en el 49 subió el 1-0 al marcador.
Con el Buñol 'grogui', Coco protagonizó una internada por la banda izquierda. El esférico se paseó por la frontal del área y Juanjo aprovechó el regalo de la defensa visitante. El extremo lanzó el esférico con la pierna izquierda fuerte y cruzado. Vicente no pudo hacer nada ante la segunda embestida de los amarillos.
La confianza crecía en los locales que se gustaban en ataque y concedían pocas ocasiones en su área. Fue Raúl quién mató el partido con otro rechace desde la frontal. El amarillo golpeó el cuero con una volea seca que entró en la portería con fuerza sin que el portero rival pudiera alcanzar la pelota. El Orihuela venció y convenció en el 78. El frío sentó bien al cuadro orcelitano, que ganó con rotundidad en casa. A partir de ese momento los locales se reservaron y el partido decayó en faltas y fueras de banda. Como las hortalizas de invierno los escorpiones han encontrado su lugar al tercer mes de competición.
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