Bernat Sirvent
Jueves, 26 de noviembre 2015, 01:29
Los graves problemas que presenta el mercado de trabajo de la provincia no solo se ceban con especial virulencia con los colectivos de jóvenes (independientemente de su sexo) y de desempleados con más de 50 años y que son calificados técnicamente de larga duración. Sobre todo tiene en la población activa femenina a su principal víctima, de acuerdo con los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) desagregados por comarcas por el Instituto Valenciano de Estadística (IVE). La secretaria general de CC OO en l'Alacantí-Les Marines, Consuelo Navarro, da la voz de alarma justo el día después de la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y vincula directamente esta fuerte disfunción laboral de las alicantinas con el «sexismo imperante en la sociedad y por tanto en la cultura empresarial» y con la monumental dependencia de Alicante y las grandes urbes de su entorno (San Juan, Mutxamel, El Campello y San Vicente) del sector servicios conectado con el turismo.
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Economía sumergida. Consuelo Navarro cree que la mujer está formada para trabajar en igualdad de condiciones, pero «los agentes empleadores la abocan a la economía sumergida».
Violencia machista. La secretaria de CC OO cree que tiene una relación directa la discriminación laboral de la mujer con la violencia de género «al creer que están mejor en su casa cumpliendo el rol de cuidadoras familiares».
Entre el tercer trimestre de 2009, cuando se inició la crisis económica en firme en España y en la provincia como consecuencia de la hecatombe de las hipotecas basura y el posterior terremoto del sector financiero mundial, y el tercer trimestre de 2015, la cifra de mujeres con edades comprendidas entre 16 y 64 años con residencia en la comarca de l'Alacantí que han pasado a engrosar la lista del paro se eleva a 5.410. Nada menos que un 27%, el mayor repunte de paro femenino en las treinta y cuatro comarcas de la Comunitat Valenciana. En números absolutos, solo la comarca del área metropolitana de Valencia supera ligerísimamente a Alicante, con 5.860 mujeres más en la bolsa de desempleo. Sin embargo, el incremento porcentual es del 19%, mucho más moderado que en Alicante y su platillo urbano, sobre todo porque la población activa (mujeres con edad y ganas de trabajar) de Alicante ha crecido al pasar de 106.730 a 109.090 mujeres. En Valencia, en cambio, la población activa femenina ha disminuido al pasar de 182.370 a 175.600.
La bolsa de paradas alicantinas se acerca, además, peligrosamente a la valenciana (25.460 frene a 36.630). Una diferencia que no guarda proporcionalidad alguna con la de mujeres activas y con ganas de trabajar, pues en el área metropolitana de Valencia hay 70.000 mujeres más que en Alicante con edad, ganas y buscando empleo de manera directa y diaria.
Para la secretaria general de CC OO en l'Alacantí-Les Marines y una de las líderes naturales del movimiento feminista en la provincia, Consuelo Navarro, cree que hay un problema endémico y estructural en la comarca por su cada vez mayor dependencia con el sector servicios, nicho de empleo esencial para las mujeres y muy golpeado durante los últimos ocho años. «Es un colectivo laboral muy asociado a la capacidad de gasto de los trabajadores, que ha sufrido un importante deterioro, no solo por la destrucción de empleo, sino también por el aumento de la precariedad y rebajas salariales», añade Navarro. «No acaba de reaccionar, pese a la ligera mejora del comercio minorista, a la hora de reincorporar la fuerza de trabajo expulsada durante estos últimos años, especialmente la de mujeres». A ello se sumaría, según CC OO, la «marca de la desigualdad por razón de género en el ámbito laboral; el trabajo de las mujeres sigue percibido como subsidiario del masculino y, por lo tanto, se las expulsa antes y en mayor medida de sectores como el de servicios, aunque no únicamente».
Las amas de casa salen
Mes a mes, los datos del Inem revelan el incremento exponencial en la provincia de Alicante de mujeres con más de 55 años que hasta ahora han sido amas de casa y quieren incorporarse al mercado laboral, es decir, demandantes sin empleo anterior. Por ello, según la dirigente sindical, «hay más mujeres que quieren trabajar fuera de casa y tienen más dificultades, porque el mercado prefiere perfiles masculinos, todo producto del sexismo imperante en la sociedad y por lo tanto en la cultura empresarial», según resalta Consuelo Navarro.
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