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R. A.
Viernes, 27 de noviembre 2015, 00:33
El pleno de Les Corts rechazó ayer una propuesta del PP para que la Generalitat apoyara al Gobierno de España en la ejecución de un trasvase Júcar-Vinalopó que garantice las necesidades hídricas de las comarcas alicantinas, así como el equilibrio económico del mismo. La propuesta del PP, apoyada por Ciudadanos y rechazada por el PSPV, Compromís y Podemos, defendía un trasvase con transferencias de agua de regadío desde la toma del Azud de la Marquesa, y de agua de calidad para el abastecimiento urbano tomada en el tramo medio del río Júcar.
La iniciativa la defendió el diputado del PP José Císcar, quien dijo que el trasvase debe ser viable medioambientalmente -frenar la sobrexplotación de los acuíferos del Vinalopó sin mermar las necesidades ecológicas de la cuenca cedente- y económicamente: que los regantes puedan pagar el agua que reciben.
Según Císcar, el precio del agua que llega desde el Azud de la Marques «en ningún modo» se puede asumir, ya que hay que salvar una cota de 700 metros, con lo que puede costar hasta 44 céntimos el metro cúbico, y además no es apta para el consumo humano, y potabilizarla tendría costes «superiores» a la desalinización. A su juicio, la solución es transferir agua de la suficiente calidad para el consumo humano desde el tramo medio del trasvase, como en la toma de Alarcón, si bien la postura del Consell es que a Alicante solo llegue agua para regadío desde el Azud de la Marquesa, y para abastecimiento humano de la desalinizadora de Mutxamel.
«Pedimos al Consell realismo y responsabilidad, que dejen de remar contracorriente» y asuman la solución «que quieren los regantes y los agricultores», basada en «la solidaridad y la justicia redistributiva», dijo.
El socialista Manuel Pineda criticó que el PP vuelva a «alentar el conflicto» y reivindicó «no más brindis al sol, no más tuberías, no más pérdida de tiempo», porque lo que propone el PP tardaría «más de diez años», mientras que si hubieran cumplido sus compromisos hoy los campos alicantinos estarían «llenos de tomates y pimientos».
La diputada de Compromís Graciela Ferrer acusó al PP de no haber «querido» solucionar el problema del agua en sus veinte años de gobierno, en los que gastó ocho millones de euros en la Fundación Agua y Progreso para «agitación y propaganda» pero no ejecutó las obras del postrasvase en la margen izquierda, un compromiso asumido en 1997.
Emigdio Tormo, de Ciudadanos, calificó de «incomprensible» que se tomara la «mala decisión política» de cambiar la toma del trasvase al Azud de la Marquesa, lo que «condiciona el futuro» de la provincia de Alicante, y se preguntó «dónde está el principio de solidaridad de la izquierda».
Beatriz Gascó (Podemos) cuestionó que el PP no haya hecho en sus veinte años de gobierno en la Generalitat -doce de los cuales han coincidido con Ejecutivos populares en el Estado- lo que pide ahora a un Consell que lleva seis meses.
El debate fue seguido desde la tribuna de invitados por representantes de los regantes y usuarios del Vinalopó y el Alacantí, y del Consorcio de la Marina baja.
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