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José Vicente Pérez Pardo
Domingo, 6 de diciembre 2015, 00:54
Julián López Milla vuelve a la carretera y no por gusto, sino por convicción. Fue candidato socialista en las pasadas elecciones autonómicas y, tras un breve paso por la Conselleria de Economía donde fue secretario autonómico, Ximo Puig le encargó la nada sencilla tarea de ser el portavoz de las reivindicaciones de la Generalitat en el Congreso de los Diputados. Economista de profesión y socialista de corazón, una charla, o dos, con él es un viaje en el que se mezcla a Benjamin Franklin con Pedro Sánchez, ahí es nada.
- Candidato López, ¿cómo afronta de nuevo encabezar la lista del PSPV en su segunda convocatoria, después de las autonómicas de hace unos meses?
- Como un nuevo reto y un compromiso. La verdad es que tener la posibilidad de representar al PSOE en dos elecciones consecutivas supone un esfuerzo y un compromiso reforzado, con la idea de hacer una tarea parecida. Mi anterior objetivo era ser diputado en Les Corts y asumir responsabilidades en el grupo socialista en materia económica y ahora lo mismo, pero en Madrid.
- ¿Cómo fue su paso por la Conselleria de Economía Sostenible?
- Han sido cuatro meses muy intensos, en los que el aterrizaje fue muy duro. Nos encontramos con una Administración en la que no se tomaban decisiones clave en asuntos importantes desde hacía meses. Poco a poco, fuimos cogiendo las riendas de la situación y me he encontrado que cuando iba pisando terreno firme, tenía que irme de una responsabilidad muy atractiva para irme a otra que también es muy exigente. En resumen, cuatro meses muy intensos.
- ¿No le ha dado pena tener que abandonar el cargo?
- Sí, porque las primeras semanas fueron muy duras porque más allá de las tareas de impacto mediático, había decisiones del día a día que también eran muy importantes y que había que tomar. Sí que hubo cierta lástima porque cuando empiezas a dominar el terreno que pisas, a imponer tu impronta y a poner en marcha proyectos entonces te encuentras te dejas tu sitio a otra persona, que lo va a hacer muy bien, pero tienes que reorientar tu vida en otra dirección y pensando en que ahora en lugar de ir a Valencia es en Madrid.
- ¿Cómo le dijo el presidente Puig que iba a encabezar la candidatura?
- No me acuerdo muy bien (risas). Hubo una primera llamada en la que me preguntó qué me parecían las candidaturas, las posibilidades del partido en Alicante, qué perfil creía yo que sería el mejor... Esa fue la primera y hubo una segunda en la que me dijo que había pensado que el tema de la financiación autonómica iba a ser muy importante en el Congreso de los Diputados y que, además de la negociación política iba a haber criterios técnicos, me preguntó: 'Oye, ¿tú no te irías a Madrid a ser diputado y a encargarte de esto?'. Le pedí 24 horas para pensármelo. Le dije que sí.
- Le propuso entonces ser la voz del PSPV en el Congreso.
- Dado que la próxima legislatura va a ser, sí o sí, la de la reforma de la financiación autonómica, quiere que haya alguien en el grupo parlamentario que se especialice en esa tarea dentro de los diputados valencianos. Esa es la misión.
- ¿Qué pensó en esas 24 horas?
- Ahora que he puesto en marcha algunos proyectos y a reconocer el terreno que piso, que tengo ideas para este año y el que viene, que los presupuestos están encarrilados, ahora tengo que marcharme. Por eso tuve que pensármelo un poco.
- ¿Hubo también un poco de alivio?
- No,no (vuelven las risas), porque allá por finales de octubre, ya estábamos empezando a dar pasos y a plantear proyectos para la legislatura. Alivio, no, sino la preocupación de que la situación política era estable, varías el rumbo.
- ¿Frustrado por no haber sido usted el conseller?
- Aunque yo era consciente de que estaba ese runrún en los medios y en el partido, conozco como funcionan estas cosas; hay muchos nombres y normalmente el que se perfila como el favorito al final no acaba siéndolo. Además, en un gobierno se pueden hacer muchas cosas y se pueden asumir muchas responsabilidades sin necesidad de ser conseller. Al final, el trabajo de segunda fila puede ser tan atractivo como el de conseller.
- ¿Y cómo se va a Madrid, con humildad, con ganas de hacerse notar?
- Voy a intentar trabajar como en Les Corts, desde el primer día. Obviamente, será muy diferente si estamos en el Gobierno o no. Pero yo desde el primer día quiero definir muy claras las líneas de actuación. En cuanto sepa mis responsabilidades quiero empezar a poner las bases de lo que será la tarea parlamentaria en estos cuatro años. Con humildad, pero con ganas de hacer cosas, porque a estas alturas uno no puede plantearse ir a un sitio a perder el tiempo.
- ¿Existe el 'problema valenciano'?
- Vamos a plantear el problema de la Comunitat, tradicionalmente maltratada por la Administración central a pesar de estar llena de posibilidades, pero carga con una enorme hipoteca reputacional tras estos años de gobierno en los que se nos conoce más por los escándalos y el despilfarro que por nuestras posibilidades. Somos una Comunitat que puede ayudar mucho a España si España trata a la Comunitat como necesita que la traten, que es como se trata al resto. No estamos pidiendo nada más que los demás, sino que seamos iguales en oportunidades.
- ¿Cómo encaja en el proyecto de la España federal del PSOE?
- Perfectamente, porque plantea una España en la que todo el mundo se sienta cómodo, respetando las singularidades que pueda haber en cada comunidad autonómica, en cada territorio en el que el diálogo constante, con contraposición contra el inmovilismo de Rajoy, sea lo que tire del proyecto colectivo de España. Aquí, la igualdad de oportunidades estará en la Constitución para que todas las personas que vivan en España sean iguales.
- ¿Cuál es el proyecto de financiación autonómica que defienden?
- Uno en el que se rompa con el 'status quo', con ese déficit de financiación que viene desde hace décadas y que se consolida en todas las reformas. Establecer un mecanismo en el que los servicios esenciales (sanidad, educación, dependencia...) tengan un acceso prioritario a los ingresos públicos, que para la Administración central financiar de manera suficiente, equitativa e igualitaria esos servicios en todo el territorio sea igual que financiar la defensa, las pensiones o el desempleo. Que los servicios de las comunidades no sean de segunda división en el reparto de los ingresos.
- ¿Han echado números? ¿Cuánto de más tendría la Comunitat?
- Para que la Comunitat Valenciana pudiera estar en igualdad de condiciones, estamos hablando de 1.200 o 1.300 millones de euros sobre la media de las comunidades de régimen común. Lo que ocurre es que estamos planteando una situación de infrafinanciación crónica, por lo que el nuevo sistema debería tener en cuenta eso y que somos una autonomía pobre: tenemos doce puntos menos de renta por habitante, y la provincia casi veinte. Debe existir cierta prima por ese menor renta por habitante.
- ¿El PSOE está de acuerdo?
- Sí, el PSOE está en la postura de corregir ese déficit de financiación y, además, es plenamente consciente de que en la situación actual las comunidades autónomas, como la valenciana, es absolutamente imposible que hagan frente a una deuda que, por ejemplo en nuestro caso, a final de año sobrepasará el 40% del PIB. Como no puede hacer frente, requerirán algún tipo de mecanismo de reestructuración de la deuda, que se haga un paquete con toda la deuda: una parte que se refinancie a un plazo más largo porque es imposible que se pague en los diez años del FLA y establecer un mecanismo de mutualización.
- ¿Cuántas veces se ha salvado del 'default' la Comunitat?
- De esos cuatro meses en los que he sido secretario autonómico no ha habido problemas de liquidez, en el sentido de 'default', porque el Estado asume la liquidez con los préstamos del Estado, ya que la Comunitat no puede acudir a los mercados a financiarse. Si el Gobierno del Estado decidiera mañana suspenderlos y no reformara el sistema de financiación, la Generalitat sería inviable.
- ¿Tenemos que ir a un estado federal en el que las comunidades se autogestionen, incluso acudiendo a los mercados a financiarse?
- Ese es el escenario ideal, en el que cada gobierno autonómico pueda tomar sus decisiones políticas y financieras, con verdadera corresponsabilidad fiscal, con ingresos que la propia comunidad puede decidir. No hay correlación entre los impuestos y los servicios, y ahora es un buen momento para afrontarlo. Ahora, cuando el Gobierno decide subir el IRPF o el IVA no se nota en la Comunitat porque se detrae del fondo de suficiencia. Habría que repartir la capacidad de influir en las normas tributarias.
- Entraríamos en nuevas guerras de impuestos entre comunidades.
- Eso no puede ser, porque no tenemos la misma capacidad de recaudar en la Comunitat Valenciana, donde estamos en 88 puntos de la renta media que en Cataluña o Madrid, que están por encima, donde una subida tiene del IPRF tiene más impacto que en otras. Por eso hay que garantizar que la financiación del Estado es suficiente, para que después, cubierto el mínimo, pueda acudir a fórmulas propias. El problema se puede producir si no se alcanza el mínimo, como nos ocurre a nosotros ahora.
- Es un apasionado del tema, se lo cree más allá de su condición de candidato.
- Claro que me lo creo porque no me queda más remedio. ¿Cuántas comunidades autónomas tendrán en municipios pequeños para atender a 7.200 habitantes instalaciones muchísimo más impresionantes que las que contamos nosotros en un barrio de Alicante para la misma población? No es una cuestión de creérselo o no, sino que hablamos de sanidad, del sueldo de los profesores, la cobertura de la renta básica es tres, cuatro, cinco veces más alta... Todo eso es la financiación autonómica.
- ¿Con una nueva financiación todos nuestros problemas estarán resueltos?
- No, tendremos recursos para aspirar a tener las mismas responsabilidades que los demás, pero eso no significa que nuestros problemas estén resueltos. Gestionar bien es una asignatura pendiente, porque una parte de la deuda tiene que ver con que no se ha gestionado bien. Hay mucho camino que recorrer.
- ¿Quién se juega más en estas elecciones: España, el PSPV o usted?
- En estas elecciones quien más se juega son los españoles, que se verá si siguen las políticas de Rajoy. Hay que imaginarse qué significan cuatro años más para la ciudadanía que peor lo ha pasado con estas políticas. Yo soy 'sic transit gloria mundi', yo soy prescindible en todo esto. Lo que me pase a mí no tiene nada que ver.
- Parece que van a tener que ir a morir con Ciudadanos.
- Hay que encuestas de muchos tipos, algunas muy raras. Si Pedro Sánchez consigue ser investido con un voto más del PP podrá gobernar en solitario y podrá llegar a acuerdos con todos según con lo que sea más cercano a nuestro programa electoral.
- ¿Qué le parecen las propuestas económicas de Ciudadanos?
- Se diferencian muy poco de la que propone el PP.
-¿Estamos ante la enésima última gran oportunidad del país para engancharse al tren de la modernidad?
- España ha tenido que afrontar muchos retos desde la reinstauración de la democracia, la incorporación de la UE, el euro... Y todos con éxito. Ahora tenemos otro para tener una economía competitiva y comparable con esos países que compiten por diseño, innovación, tecnología, con productos que se venden a un buen precio que permiten que los trabajadores cobren buenos salarios y buenas condiciones laborales.
- ¿Es compatible salarios altos con poco desempleo?
- Sí, si el tejido productivo es capaz de adaptarse, de innovar, de crear trabajo en productos de valor añadido puede dar salarios más altos. Tenemos empresas en sectores tradicionales que lo están haciendo muy bien, que son el ejemplo.
- ¿Nos falta ambición?
- Nos falta creernos que somos capaces de hacer lo que hacen otros. Hay empresas que están vendiendo más, innovando...
- ¿conseguiremos en España estar felices algún día o, por lo menos, tranquilos como otros países?
- hay que darle a la gente la oportunidad de que sea feliz. Esto es muy personal, pero los gobiernos tienen el deber de procurar darle la oportunidad de ser feliz porque depende de donde naces no tienes la misma oportunidad.
- pues que usted, por lo menos, sea feliz.
- Gracias, lo voy a intentar ( risas)
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