La imagen de la patrona salinera en el templo antes de comenzar la procesión por las calles de la ciudad.

Una ciudad rendida ante su patrona

El Papa concede un Año Jubilar con motivo del 50 aniversario de la coronacion canónica de La Purísima

Francisco Reyes Prieto

Miércoles, 9 de diciembre 2015, 01:01

El día grande de la patrona de los torrevejenses comenzó mucho antes de que amaneciera con la tradicional Diana musical, a cargo de la banda de la Sociedad Musical Ciudad de Torrevieja-Los Salerosos y la salida por última vez en estas fiestas de los populares gigantes y cabezudos, que recorrieron con una gran algarabía muchas de las calles del centro de la ciudad.

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La Diana, después de registrar varios años un aumento de personas, ayer fue secundada por muchas más que bailaron y cantaron al son de la música. La comitiva, a la llegada a la sede del Grupo de Amigos Exadictos (Gaex), en la calle Diego Ramírez, hizo una parada donde la entidad ofreció una gran chocolatada con churros y paparajotes que elaboraron algunas de las componentes de Gaex, quienes lograron abastecer a cuantos participaban del alegre pasacalles.

Los cultos religiosos fueron protagonistas de la jornada, con especial concentración durante todo el día en el templo arciprestal de la Inmaculada y alrededores. La noticia destacada la ofrecía al término de la solemne misa de las doce de la mañana, que fue cantada de forma brillante por el Coro Maestro Casanovas, el arcipreste, Manuel Martínez Rocamora, quien confirmaba la autorización por parte del Papa Francisco de un Año Jubilar que coincidirá con la conmemorción del 50 aniversario de la coronación canónica de La Purísima Concepción y el cuarto centenario de la primera ermita dedicada a la Inmaculada, antes de que Torrevieja fuese núcleo de población llamado 'El Lugar de la Concepción'. El obispo de la Diócesis, Jesús Murgui, abrirá solemnemente este Año Jubilar en la tarde del próximo 20 de diciembre.

La venerada imagen de La Purísima, que lucía ayer todas sus galas y atributos como la vara de alcaldesa de honor de la ciudad, fue el centro de todas las miradas en los oficios religiosos que se llevaron a cabo y especialmente desde que fue entronizada en su paso, exultante con un adorno floral de 2.900 orquideas blancas procedentes de Holanda, donadas como en años anteriores por el empresario torrevejense afincado en Francia Gerardo Rodríguez del Valle, de la saga marinera de los 'Estefanos', Este tampoco faltó a la cita con La Purísima, rememorando las promesas que los marineros torrevejenses realizaban antaño, quienes hacían esfuerzos sobrehumanos para estar en la ciudad el 8 de diciembre y portar sobre sus hombros a la patrona. La ornamentación corrió a cargo, como siempre, de la Floristería Carmina.

Una auténtica multitud acompañó a La Purísima en su tradicional procesión, precedida por miles de personas que portaban velas encendidas en sus manos, muchas de ellas desplazadas expresamente desde diferentes poblaciones dela comarca y las provincias de Murcia y Alicante, así como torrevejenses venidos desde infinidad de lugares. La banda de Los Salerosos, en la parte inicial del cortejo y la de la Unión Musical Torrevejense detrás del paso, amenizaron con sus marchas esta gran manifestación de devoción popular, que tuvo entre sus momentos más emotivos, cuando la virgen fue alzada cara al mar frente a la fachada del Casino. La procesión fue presidida por el arcipreste, Manuel Martínez, así como por la presidenta de la Asociación Hijos de la Inmaculada, Encarnita Brotons, y el primer teniente de alcalde, Pablo Samper. Un gentío se adentró en el templo en los momentos finales de la interpretación de la salve marinera y el Himno a la Inmaculada.

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