EFE
Domingo, 13 de diciembre 2015, 00:33
La excavación desarrollada durante el mes de octubre en la zona Palasiet de Villajoyosa ha dejado al descubierto un importante conjunto funerario que revela la existencia de una tercera necrópolis en la ciudad romana de Allon.
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Hallazgos.
Este cementerio se une a los ya conocidos de Poble Nou y Casetes. La excavación se ha desarrollado en octubre.
Tumbas.
Uno de los enterramientos es un hoyo que contuvo los restos del difunto y se depositaron cuatro vasos, una lucerna y dos monedas. Hay otra con características constructivas excepcionales. Es una plataforma de 3,20 metros por 2,10 metros, de tapial revestido de cal con un núcleo interior de mampostería.
Según informó el Ayuntamiento en un comunicado, el conjunto funerario encontrado incluye dos tumbas de incineración romanas, una de ellas de características constructivas excepcionales, y una estructura hidráulica anexa, que quedaban prácticamente en el límite del terreno a construir. Este cementerio se une a los ya conocidos de Poble Nou y Casetes, el primero junto a la calzada que iba a la ciudad romana de Lucentum (la Albufereta de Alicante) y el segundo junto a la calzada que iba hacia el valle de Alcoy, que con los siglos se convertiría en Camino real, Camino de Santiago y Camí del Peix.
Para el Consistorio, este descubrimiento resulta de especial relevancia ya que revela la existencia de una tercera necrópolis de la ciudad romana de Allon a los lados del camino que unía el municipium con su territorium o término municipal (la comarca de la Marina Baixa) por la costa, hasta Altea. Uno de los enterramientos es un simple hoyo que contuvo los restos del difunto, junto a los cuales se depositaron cuatro vasos, una lucerna (lámpara de aceite) y dos monedas. Esta tumba tenía también un cipo funerario de piedra, es decir, un bloque que señalizaba la posición de la tumba en el cementerio.
Sin embargo, el hallazgo más sobresaliente es una tumba con características constructivas excepcionales, hasta ahora no documentadas en Villajoyosa.
Este conjunto de especial interés es un túmulo o plataforma de aproximadamente 3,20 metros por 2,10 metros, de tapial (barro apisonado) revestido de cal con un núcleo interior de mampostería (piedras sin trabajar cogidas con barro).
Esta construcción tenía un basamento de color blanco, rodeado al norte y al este por un canalillo relacionado con una estructura cuadrada de difícil interpretación; en cualquier caso, la vinculación de la tumba con el agua parece clara, según el comunicado.
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La mayor parte de los restos incinerados aparecen hacia el centro del túmulo, rellenando el tapial, y junto a ellos se localizan una olla, una jarra, una cantimplora, una lucerna y numerosos caracoles.
Por debajo se encuentran además, en el ángulo nordeste, los restos de un banquete funerario, ya que sobre una pequeña hoguera fueron arrojadas hasta 14 piezas, casi todas relacionadas con la bebida: ocho vasos, dos platos, una pieza de vidrio, dos jarros y una moneda, además de caracoles.
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Cerca del lado norte se situó en vertical un ánfora de la que sobresalía la boca, para arrojar por ella el vino ritual en las ceremonias que tres veces al año se realizaban en honor a los difuntos.
Categoría social alta
«Estamos ante una tumba excepcional, de un individuo que practica un rito muy a la romana y que sin duda gozó de una categoría social alta, quizás un propietario de la villa suburbana (residencia señorial) de Barberes Sur, situada apenas a 120 metros al este del enterramiento», ha explicado el director de Vilamuseu, Antonio Espinosa.
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Esta tumba destaca no solo por el gran número de piezas recuperadas sino también por su acabado, poco habitual, con un sistema para libaciones y el recorrido de un hilo de agua que recuerda algunas tumbas de Pompeya o de la Corduba romana (Córdoba, la capital de la provincia de la Bética).
El material se encuentra en proceso de limpieza y estudio en el laboratorio de restauración de Vilamuseu pero de manera preliminar pueden situarse ambos enterramientos en torno al año 100, muy poco después de que el emperador Vespasiano concediera a Allon el rango de municipium, convirtiéndola en una de las nueve ciudades romanas de lo que hoy es la Comunitat.
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Las piezas recuperadas dentro de las tumbas se encuentran completas y en buen estado, y vienen a enriquecer de forma significativa la extraordinaria colección de objetos de uso cotidiano romanos de Vilamuseu, según las mismas fuentes.
Vilamuseu ha bautizado a este tercer cementerio romano de Allon con el nombre de Necrópolis de Palasiet, por el nombre tradicional de la zona del hallazgo. La concejala de Patrimonio Histórico, María Ángeles Gualde, ha destacado que este hallazgo constata «la gran importancia de Allon y de su ubicación en Villajoyosa, puesto que encontrar una tercera necrópolis reafirma la gran extensión y población del municipium». La excavación, realizada por la empresa Arquealia, fue promovida por la promotora Solera I, cumpliendo con la normativa tanto municipal como autonómica que obliga a una intervención arqueológica previa a cualquier remoción del terreno en áreas susceptibles de contener restos enterrados.
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