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Los actores del grupo de Ars Creatio al término de la representación. :: f. reyes

Los sacrificios de Joaquín Chapaprieta

Escenifican una entrevista en la que el político torrevejense cuenta sus anhelos de concordia en los meses previos a la Guerra Civil

Francisco Reyes Prieto

Lunes, 14 de diciembre 2015, 00:32

La figura del político torrevejense Joaquín Chapaprieta Torregrosa como Ministro de Trabajo, Hacienda y presidente del Consejo de Ministros durante la segunda República, desde el 25 de septiembre hasta el 14 de diciembre de 1935, fechas marcadas por el ambiente previo al estallido de la Guerra Civil, fue evocada en una recreación histórica por el grupo de actores de la asociación Ars Creatio. Fue una representación a caballo entre la historia y la ficción con todo lujo de detalles escrita por Eliseo Pérez Gracia, que levantó un gran interés hasta el punto de dejar pequeño el salón principal del Casino que celebra sus Fiestas de Invierno.

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La escena que se desarrolló estuvo situada en los años en los que Chapaprieta residió en Zurich junto con su esposa, Elisa Ornstein, y los dos hijos que por aquel entonces tenían, cuando fue visitado por el periodista español Antonio Montes, quien le realizó una entrevista.

En esa conversación Chapaprieta, encarnado por Antonio Sala Buades y por José Manuel Pedrero cuando el diputado salinero tenía 45 años, deja ver su afán de concordia, tal y como se titula la obra, cuando acepta la Presidencia del Gobierno e incluso cuando tras su dimisión volvió a aceptar la misión de formar Gobierno otorgada por el entonces presidente de la República, Aniceto Alcalá Zamora. La contienda civil le pilló ya camino de Zurich y desde allí recordó los grandes tributos que le fueron rendidos en sus visitas a Torrevieja, para la que dedicó parte de sus desvelos ganando para el Estado el único muelle privado que había en la bahía de Torrevieja, a raíz del que elaboró el primer proyecto del puerto, llevando la luz eléctrica a la pedanía de La Mata e incluso cediendo el solar de su casa natal para la construcción de las escuelas graduadas, por lo cual se rotuló dicha calle con su nombre, una vía que permaneció con esa denominación durante la dictadura franquista y que se llama así en la actualidad.

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