Diez años de cárcel por encargar a un sicario que asesinara a dos policías

Cuando los Servicios Sociales de Benidorm acudieron a retirarle la custodia de sus hijos a Cecilia B.S., esta puso el foco en los dos agentes de Policía Nacional que formaron parte del equipo de apoyo que participó en la intervención. Tanto fue así, que la mujer llevó a cabo largas vigilancias de las policías hasta que tuvo los datos suficientes como para encargar la muerte de ambas a un sicario. La Audiencia de Alicante enjuició ayer a la acusada de dos delitos de proposición de asesinato, quien admitió los hechos y aceptó una pena de diez años entre rejas, cinco por cada uno de los dos delitos.

Los hechos ocurrieron a partir del 2 de febrero del año pasado, fecha en la que la Generalitat Valenciana retiró la custodio de los dos menores a la mujer, quien permanece en prisión provisional desde su detención en el 24 de febrero de 2014. A partir de entonces, la acusada comenzó a reunirse con el supuesto sicario, a quien proporcionó una descripción física de las agentes y del vehículo con el que patrullaban, según recoge el escrito de acusación provisional de la Fiscalía.

La mujer estaba dispuesta a pagar hasta 5.000 euros por cometer los crímenes, según obra en los autos, aunque en los primeros compases de la negociación se llegó a hablar de hasta 15.000 euros por llevar a cabo el plan de venganza. Según parece, la madre de los menores ya había encargado otros trabajos con anterioridad al hombre, aunque nunca de tal magnitud.

En esta ocasión, el plan consistía en esperar que las policías terminaran su jornada, preferiblemente en turno de noche, y emprenderla a tiros antes de que abandonasen el vehículo, según admitió la propia inductora ante el tribunal.

El presunto asesino a sueldo resultó no ser tal, pues se presentó en la Comisaría de Policía Nacional de Benidorm, pero sin la más mínima intención de acabar con la vida de las policías. El hombre denunció los hechos a los funcionarios policiales y aportó documentación valiosa como los mensajes de 'Whatsapp' que se había intercambiado con la procesada, en los que quedaban más que demostradas sus intenciones. «Quiero que me vean la cara», escribía la mujer, asegurando que sería ella la que dispararía, como reflejan algunos de los mensajes que obran en la investigación del sumario.

La acusada no pudo aportar mucha más información de las agentes, pues sus únicas averiguaciones procedían de las vigilancias. No obstante, el sumario apunta a que la mujer realizó un «exhaustivo» trabajo para identificar a sus víctimas, de quienes decía que «cuando más grande sea la bala, mejor». Pese a que llegó a entregar el arma al conocido que encargó el trabajo, en numerosos mensajes del móvil ella aseguraba que «el gatillo lo aprieto yo».

En la vista celebrada ayer en la Sección Décima de la sede provincial, Cecilia admitió haber encargado el asesinato, por lo que regresó al centro penitenciario en el que se encuentra recluida. Además de la pena de cárcel, la procesada deberá indemnizar a las agentes, quienes ejercían la acusación particular representadas por la letrada Pilar Chamorro, por los daños morales ocasionados con 20.000 euros a una de ellas y 18.000 euros a la otra.

Ambas víctimas sufrieron lesiones de carácter psicológico, tales como estrés postraumático y trastorno adaptativo con sintomatología ansioso depresiva, como determinaron los médicos forenses en sus informes. Por tanto, el tribunal impondrá a la rea la prohibición de acercarse a las policías a menos de 400 metros durante 20 años.