Pavón cede a la presión y reduce a la mitad el espacio que quita a veladores de Gabriel Miró

El Ayuntamiento y los hosteleros empiezan a acercar posturas en materia de veladores. Tras una semana de presión por parte de los empresarios del sector, con cruce de acusaciones subidas de tono incluido, el concejal de Vía Pública y vicealcalde, Miguel Ángel Pavón, dio ayer un paso atrás y flexibilizó su polémica propuesta para la plaza de Gabriel Miró, tras asegurar la semana pasada que era inamovible. Preparaba, así, el terreno, para empezar con mejor pie la mesa de trabajo que está previsto que se reúna esta misma semana.

También tuvo que ver, al parecer, con su decisión, una reunión que mantuvieron los tres líderes del tripartito, Gabriel Echávarri, Pavón, y Natxo Bellido, en la que el segundo pidió al alcalde que calmase al portavoz de su ejecutiva y también de los locales de ocio, Lalo Díez, y éste reclamó a cambio un poco más de mano izquierda.

Finalmente no será ni el 35, ni el 29% el espacio de veladores que se perderá tras el plan de ordenación de la plaza, sino el 17% (de 240 metros cuadrados ocupados se pasa a 200). Vía Pública presentó ayer a los hosteleros de la plaza un nuevo plan mucho menos lesivo para sus intereses.

La mayor parte de la reducción tiene que ver con un local concreto, el Canalla, «cuya autorización no tenía mucho que ver con la longitud de su fachada», según explicó Pavón. Éste pierde casi el 50%, pero otros dos que se veían en la misma tesitura, Los Mejillones y La Sastrería, al final perderán solo una mesa. Para ello, se ha modificado la ubicación del velador, permitiendo su extensión a lo largo, ya que se reduce a lo ancho para dejar paso entre los parterres.

Este espacio extra se obtiene, por un lado, de un local que ha cerrado y sus ocho metros cuadrados de velador se reparten entre los demás. Por otro, se ha aumentado la zona que se puede ocupar entre las escaleras y los parterres.

Además, se abrirá un plazo de audiencia de 10 días para que presenten las alegaciones que crean pertinentes cuando ya esté terminado el plan. Una medida que la semana pasada Pavón dijo que no era obligatoria para el Ayuntamiento. También las juntas de distrito tendrán que pronunciarse. Además, aunque la intención de la concejalía es aprobar las medidas antes de que acabe el año, si no es así, no tendrán nada que temer porque se les concederán prórrogas y podrán abrir las terrazas el 1 de enero en las actuales circunstancias. Algo que el edil dijo también que no se podría hacer.

«Esperamos aprobar el plan con el máximo de consenso posible», señaló ayer Pavón, que añadió que se busca «que no haya un perjuicio económico irreparable para algunos locales», una manera de reconocer que antes lo había. Eso sí, destaca, «garantizando a la vez el paso en torno al jardín, que ahora no se respeta». La reducción del horario hasta la una de la mañana, por el momento, se mantiene. Les afecta poco, porque en realidad la mayoría, salvo uno, son restaurantes o cafeterías, que cierran a la una y media.

Todos estos pasos, sin embargo, no cierran la guerra casi personal entre Pavón y Díez. El concejal insistió en que el portavoz de Alroa está «politizando» este asunto y «torpedeando al equipo de gobierno porque no le interesa que demos pasos en la buena dirección» con una intención «más allá del ámbito sectorial». Aseguró que no entiende esos «ataques furibundos hacia mi persona de alguien que forma parte de un partido con el que gobernamos», y así se lo trasladó al alcalde. Echávarri, aseguró, «me respalda, nunca me he sentido desautorizado por él». Desde la otra asociación sectorial, Apeha, se desmarcaron ayer en la reunión sobre Gabriel Miró de este rumbo que ha tomado Alroa.

«Contentos» con los cambios

Díez, que no asistió en persona «para evitar tensiones», pero sí envió a los abogados de Alroa, explicó que los hosteleros salieron del encuentro «muy contentos y agradecidos» porque vieron «un cambio de actitud» por parte del área que dirige Pavón y se mostraron dispuestos «a dialogar». Este diálogo se dará en la mesa de trabajo que el alcalde, Echávarri, señaló que se reunirá por primera vez mañana o el jueves y a la que asistirán vecinos de Laderas de Benacantil, Centro Histórico y del Casco Antiguo, comerciantes, hosteleros (han elegido como representante a la presidenta de Apeha, María del Mar Valera) y sindicatos (si así lo desean).

Tendrá hasta el 31 de enero para tomar decisiones y para ello se abordarán acotarán diferentes áreas afectadas por la reordenación de veladores, para estudiarlas por separado. En un principio, explicó el alcalde, se centrarán en la plaza Gabriel Miró, Castaños y adyacentes, plaza San Cristóbal y calle Labradores, calle Mayor hasta el Portal de Elche y Rambla más la Explanada.

Echávarri confió en que «todo el mundo diga lo que tenga que decir en la mesa y que se baje la tensión y las comunicaciones cruzadas fuera de ella», en referencia a las acusaciones entre Pavón y Díez de los últimos días. El alcalde admitió que «hay un conflicto» y que «quien no lo vea está ciego», pero se mostró convencido de que se podrá alcanzar un acuerdo en la mesa.