Ocho años de prisión por acuchillar a un joven en la puerta de una discoteca

La Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a pasar ocho años entre rejas a un hombre que la emprendió a cuchilladas contra un joven con el previamente mantuvo un desencuentro verbal a las puertas de una discoteca de Benidorm. Los hechos se remontan a la mañana del 17 de agosto de 2012, cuando víctima y agresor se cruzaron en plena calle. El agredido salvó la vida de milagro, pues recibió doce puñaladas en el pecho, el abdomen y los brazos, así como una paliza que le dejó heridas por todo el cuerpo.

El tribunal considera que el penado es autor de un delito de homicidio en grado de tentativa, al tiempo que ha absuelto a otro procesado en la causa por un delito de lesiones, mientras que el Ministerio Público retiró la acusación contra este y una tercera imputada al final del juicio, celebrado en la Sección Segunda a mediados de diciembre pasado, por el delito más grave.

La acusación pública sostenía que el penado actuó junto con el otro individuo, ahora exonerado por no ocasionar lesiones, para golpear a la víctima, de entonces 27 años, y abandonar al chico tirado en un callejón contiguo al pub donde sucedieron los hechos. De hecho, los tres procesados trataron de ocultarse en el local de ocio, abandonando rápidamente el lugar del crimen. Sin embargo, una dotación de la Policía Local de Benidorm los capturó.

No obstante, ninguno dijo una sola palabra durante su interrogatorio en la vista oral, por lo que los magistrados se han valido del reconocimiento de la víctima durante la instrucción del caso del agresor, algo que volvió a hacer en el juicio, como recuerda el tribunal en el fallo al que ha tenido acceso este diario.

Además, la Sala constata por medio del informe elaborado por los médicos forenses que el joven no habría sobrevivido de no ser por el suministro de oxígeno y la primera intervención quirúrgica. La víctima guarda como recuerdo del asalto doce cicatrices producidas con una hoja de grandes dimensiones, como los magistrados pudieron comprobar en la sala de vistas al exponerse el arma. Por las marcas en la piel de por vida y los daños ocasionados, el penado deberá indemnizar al agredido con 25.000 euros.

Además de las cicatrices, la víctima sufrió graves lesiones hepáticas y a nivel pulmonar que pusieron en peligro su vida, como recoge la sentencia de la Sección Segunda. El joven necesitó dos meses para recuperarse, diez de los cuales permaneció ingresado en el hospital.