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CAMINO A RÍO

La maestra que vive en un sueño

Mar Jover. Saltadora de longitud. La alicantina afronta 2016 con la mínima para los Juegos en el bolsillo y el reto de saltar por encima de los siete metros. «No pierdo ni a las canicas. Sanamente, soy muy competitiva. Aspiro a lo máximo. ¿Que me quedo en el camino? Pero lo he dado todo»

MOISÉS RODRÍGUEZ

Lunes, 8 de febrero 2016, 01:08

Mar Jover será algún día maestra. Lo lleva en la sangre. Proviene de una estirpe de docentes, profesión a la que, sin ir más lejos, se dedican sus progenitores. «Mi sueño aparte de la vida deportiva es ser profesora. Es algo que me han inculcado mis padres, que el atletismo no me va a dar de comer. Imagine que todo esto se acaba de repente por una lesión. Pues tengo mi otro sueño», explica la alicantina, que afronta 2016 con ilusión y responsabilidad, pero también con la tranquilidad de tener en el bolsillo la mínima olímpica.

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  • Alicante, 1988.

  • Cumple 28 años el 21 de abril y es internacional desde 2009.

  • Rafa Blanquer.

  • «Además de los técnicos de la selección, tengo en él un aliado en las competiciones internacionales. Siempre me ha tendido la mano», afirma la atleta, que compite con el València Terra i Mar desde 2012.

  • Pekín.

  • La mínima olímpica también la clasificó para su primer Mundial, el de 2015 al aire libre. Hizo tres saltos nulos.

La logró el pasado verano con su brinco de 6,78 metros en Sierra Nevada, y ahora ha de mantener el pulso para estar en la lista definitiva. «Tener la mínima tranquiliza pero no me da el pase directo para Río, me lo tengo que ganar. Debo mostrar que me hallo en un estado óptimo para que los directivos digan que merezco estar. Estoy dándolo todo para cuidarme, evitar lesiones, para cumplir el sueño en una deportista», afirma Mar Jover. La alicantina lo ha demostrado con palabras este fin de semana, en el que contribuyó a que el Club Atletismo de la Diputación de Valencia revalidase la Copa de la Reina ganando el concurso de longitud con una marca de 6.15 metros.

Este registro se halla lejos de una de sus metas. «Los siete metros están ahí, en mi cabeza. Voy a darlo todo para romper esa barrera psicológica. Cada año estoy arañando centímetros. Hay que ser realista y tener objetivos ambiciosos», asegura Jover. La alicantina tiene dos carreras: es maestra de Educación Física, tiene también la licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, y también hizo un máster. En 2016, sin embargo, ha aparcado los estudios. Se limita a mejorar el inglés para centrarse 100% en el atletismo: «Priorizo en los entrenamientos, cuidarme e ir al fisio».

La competición de este fin de semana en el Lluís Puig abre un año intenso. «Tengo un mitin en Glasgow y otro en Valencia. La traca final es el campeonato de España y, si puedo, el Mundial en marzo. También está el Europeo al aire libre en verano. Iré a todos los campeonatos que sea posible, pero este año el reto es Río», indica. ¿Y cuál es su objetivo en los Juegos? La alicantina no emite un discurso demasiado optimista pero tampoco renuncia a nada: «No pierdo ni a las canicas. Soy muy competitiva, pero sanamente. Aspiro a lo máximo. ¿Que me quedo en el camino? Pero lo he dado todo».

Mar Jover no es atleta de centros de alto rendimiento, ni de concentraciones para trabajar con otros saltadores de longitud. Se entrena a las órdenes de Salvador Vila Navarro, olímpico en 400 metros vallas, en Alicante, junto al estadio Rico Pérez. Como compañeros de trabajo tiene a Blanca, la mujer de este y atleta de esa misma prueba, y un grupo de opositores a bomberos. «Me he acostumbrado toda la vida a entrenar sola. Soy muy de mis amigos y tengo aquí a mi familia, que es lo que más amo en el mundo. Pasar tiempo con ellos me encanta y poder compartir tiempo con mi chico, que también oposita para bombero. Me he planteado ir por sensaciones», afirma.

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Esta forma de trabajo está alejada de lo que sería convivir todas las semanas con otros atletas. «Estar en un CAR ya hablar las 24 horas de atletismo... me muero. Cuando voy a concentraciones, al tercer o cuarto día, deseo irme a casa. Necesito desconectar. Todo en su justa medida. Mi vida va mucho más allá de lo deportivo. Las obsesiones son muy malas», sostiene.

María Jover está a punto de cumplir 28 años. «Siempre he dicho que mi vida, tal como me la he planteado, se decidirá después de Río, pero me encantaría llegar a Tokio y lucharé por ello», asegura. Ha hecho varios deportes: judo, gimnasia, natación. Sus inicios, sin embargo, fueron en el fútbol: «Tengo un mellizo y mis padres nos apuntaron juntos. Lo dejé cuando ya no podían competir equipos mixtos, pero me encanta. Algún día, cuando deje el atletismo, me gustaría volver a jugar».

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Comparaciones odiosas

Le molestan, sin embargo, las comparaciones entre los futbolistas y el resto de deportistas. «Mis padres me han apoyado mucho, se lo tengo que agradecer. Si fuera una Cristiana Ronalda no me tendría que preocupar. Necesitamos que nos apoyen más, que se dejen de esa salsa rosa del fútbol. Es triste que a Carolina Marín, una campeona del mundo de bádminton, le den 20 segundos en los informativos», sostiene. Sin embargo, Mar Jover afirma sentirse satisfecha por el respaldo de Nike, que le suministra ropa desde hace dos años, y del Proyecto FER.

Mar Jover lanza también un mensaje a los críticos por la falta de éxitos internacionales del atletismo español. «La gente exige medallas, pero hay que enseñar todo el trabajo que hay detrás para representar a nuestro país. A los españoles nos gusta mucho fardar de lo que ganamos, pero hay que ser un poco empáticos», indica la alicantina, que también proclama la tolerancia cero con el dopaje: «Soy de dar segundas oportunidades a las personas, pero las multas deberían ser más fuertes. Que se devuelva la medalla y el dinero ganado gracias a ese éxito».

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metros, es su mejor marca y la mínima que le abre la puerta a Río. La logró en agosto, en altitud y con un viento favorable de 1,5 metros/segundo. Es el tercer mejor brinco español de todos los tiempos, por detrás de Niurka Montalvo (7,06) y de Concha Montaner (6,92).

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