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José Vicente Pérez Pardo
Lunes, 8 de febrero 2016, 01:07
La publicación en este periódico el pasado viernes de la intención de la Generalitat de ofrecer a Ikea suelo en IFA para instalarse allí ha revuelto el siempre inestable suelo del socialismo alicantino bajo los pies del alcalde, Gabriel Echávarri. Los contactos entre sectores, familias y sensibilidades del partido se han disparado los últimos días para unir al partido en una única dirección: apremiar al regidor a que tome la iniciativa en el asunto de Ikea y, sobre todo, no permitir que la inversión aproximada de 200 millones de euros se vaya nada más ni nada menos que a Elche, vista no como aliada sino como rival de Alicante.
«No podemos consentir que esto (el traslado de Ikea a Elche) se haga porque dejaría al PP como el único partido que defiende los intereses de Alicante», afirmaba un conocido dirigente socialista alicantino a preguntas de este periódico, que pide no hacer público su nombre para dejar el debate en el seno de la agrupación.
Entienden la postura de la Generalitat, que se quita un problema de en medio al enjugar la deuda de IFA (que debería asumir el Consell) y no pierde la inversión de Ikea para la provincia, «pero no a costa de Alicante», avisa más de uno. El hecho de que sea un socialista, en este caso el alcalde de Elche, Carlos González, el beneficiario final de la inversión, no compensa a los socialistas alicantinos, que ven en la operación un golpe a Gabriel Echávarri.
El alcalde alicantino y los responsables autonómicos sí están de acuerdo en una cosa: Ikea no se situará en Rabasa. Los informes que quedan por fijarse en la Conselleria de Obras Públicas, Vivienda y Vertebración del Territorio parece que así lo aconsejarán, así que se debe un buscar una alternativa, «pero dentro de Alicante», reclaman los interlocutores de este periódico. De esta manera, la tregua interna que ha vivido Echávarri desde que consiguiera forjar el tripartito para alcanzar el poder con el peor resultado de su historia (seis ediles) puede terminarse según se desarrollen los acontecimientos.
Inacción municipal
Es, precisamente, la inacción municipal a causa de la necesidad de coordinarse con Urbanismo, área que dirige Guanyar Alacant, la principal discusión en el socialismo alicantino. Tampoco escapa a las críticas de algunos notables del partido en la ciudad la actitud que se mantiene con el vicealcalde, Miguel Ángel Pavón. «Le da igual toda realidad que no sea la suya», espeta uno de estos líderes de opinión dentro de la agrupación alicantina. La continuidad del tripartito empieza a estar cuestionada dentro del partido.
Desde el partido comenzarán desde ya a empujar a Gabriel Echávarri a que coja directamente la iniciativa de la negociación con Ikea, «y no deje escapar esta inversión», a través de contactos directos e indirectos. Si la opción IFA se concretara admiten que sería «una decepción».
Hay quien se acuerda de la propuesta de Ciudadanos de instalar Ikea en la Ciudad de la Luz, basada en un informe de la Universidad de Alicante. El portavoz de la formación naranja, José Luis Cifuentes, presentó al alcalde esta posibilidad con un documento avalado por técnicos de la Universidad.
«Es una buena opción, cerca de grandes infraestructuras y con posibilidad de disponer mucho suelo barato, al ser público», analiza a bote pronto otro de los militantes influyentes consultados por este diario. Este mismo dirigente insta a Echávarri a presentarle a los responsables de la multinacional sueca esta posibilidad como alternativa «a que Ikea se vaya de Alicante».
La revelación de la posibilidad de que se instale en IFA no ha hecho sino acelerar estos contactos para que se presente ya una alternativa a Ikea y, sobre todo, a que se vea que Echávarri lidera esta batalla aunque sea por encima de sus socios y de la Generalitat.
No es la primera vez que el alcalde se enfrenta a la Administración autonómica, puesto que tampoco ha accedido, por el momento, a la solución que el IVF le dio para el centro de oficios de Coepa para que se lo quedara el Ayuntamiento y asumiera la deuda de la patronal alicantina con el Consell. Pero el caso de Ikea es especial, entienden históricos del PSOE, por lo que entienden sería la batalla definitiva que tiene que dar Echávarri en la ciudad.
Del resultado que concluya, no solo dependerán muchos puestos de trabajo en la ciudad, sino que también reflotarían algunas reflexiones en el socialismo alicantino.
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