La laxitud de Ródenas agota la paciencia de los regantes, que exigen su cabeza

Los gestos sombríos de José Manuel Claver e Isidoro Ruiz denotaron un anuncio poco agradable. Los máximos dirigentes de los regadías del Trasvase y de la cuenca han llegado a una situación extrema que les empuja la exigir la dimisión o cese del presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Miguel Ángel Ródenas. La gota que colmó el vaso fue la Junta de Gobierno del viernes, y el conocimiento de que Ródenas tenía órdenes de Madrid, del pasado día 1, de abrir los pozos de emergencia para socorrer a comunidades que se han quedo sin suministro. Sin embargo, no lo hizo hasta ayer. Demasiado tarde ante la agotada paciencia de los usuarios. Eso unido a su indecisión para autorizar la cesión de caudales del Segura al Trasvase, previamente acordado a instancias del Gobierno murciano.

El malestar y preocupación de los presidentes de Sindicato de Regantes del Trasvase (Scrats) y de la Junta Central de Usuarios, que representa al 80% del regadío tradicional, es mayor del que se adivinó el viernes, cuando no encontraron una respuesta rápida a los pozos ni a la reasignación de caudales. Pocas veces los regantes del Trasvase y de la cuenca han hecho gala ante la opinión pública de semejante unidad: tanto para repartir los recursos ante el cierre de la cabecera del Tajo como para reclamar al dimisión de Ródenas por su inoperancia. Claver y Ruiz indicaron que aquél contaba con sus respetos como persona, pero no ahorraron reproches a su gestión. Esperan a que el Ministerio mueva ficha, porque conoce de sobra lo que piensa.

La gravedad del momento requiere de un presidente de Confederación «valiente, capaz y con arrojo para tomar decisiones, máxime cuando está en jaque el trasvase Tajo-Segura, cuando se pide su extinción y hay coyuntura política difícil», dijo Claver. Cualidades que no ven en Ródenas. Ambos coincidieron en que «no es la persona idónea. No lo fue desde el principio, y la culpa es de quien lo puso sabiendo que no era el apropiado para este cargo. Todos lo sabemos». Ródenas estuvo muchos años a la sombra del exconsejero de Agricultura murciano, Antonio Cerdá, que fue quien lo promocionó para presidir la CHS.

A pocos metros de la sede de la CHS tuvo lugar la rueda de prensa en la que los regantes no dejaron nada en el tintero al denunciar la «pasividad» de Ródenas, que se ha convertido «en un verdadero obstáculo , poniendo palos en las ruedas en vez de buscar una solución».

Claver recalcó que para ser presidente del organismo de cuenca «hay que tener un mínimo de coraje» y no esperar a que se lo dé todo hecho. «Se lo contrario hacemos presidente al bedel y nos ahorramos dineros». Preguntados si Ródenas actúa de manera independiente o por orden de Madrid, dijo desconocerlo, aunque opinó que «el Ministerio está en otra onda». «Si no está conforme con lo que le dicen desde el Ministerio, lo que tiene que hacer es colgar la chaqueta. Es el responsable de que los usuarios dispongamos de agua». «Y si te parten la cara por hacer tu trabajo, te vas a tu casa y la Región de Murcia reconocerá que lo has hecho bien; de lo contrario te vas de malas formas» , enfatizó.

Ruiz añadió que hay que apoyar a los regantes del Trasvase en estos momentos, y que cuentan con el apoyo del presidente Pedro Antonio Sánchez y de la consejera Adela Martínez-Cachá. Lamentó la «pasividad» del responsable de la CHS, así como su «dejación de funciones». «¿Cómo se puede ser tan indolente con el sufrimiento que están teniendo los regantes que tienen cortada el agua?», se preguntó. Consideró «grave» que tardara en abrir los pozos existiendo una orden de la Dirección General del Agua desde el día 1, y que no dijera nada en la Junta de Gobierno.

En cuanto a la cesión de los 30 hectómetros, Ródenas se propone abrir un expediente antes de decidir. Claver y Ruiz minimizaron el rechazo de algunos dirigentes de la Vega Baja, y creen que eso no es motivo para paralizar la autorización.