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Manuel Buitrago
Martes, 16 de febrero 2016, 01:39
Fueron muchos los avisos a navegantes. La incertidumbre fue el común denominador que sobrevoló ayer en los discursos de Soraya Sáenz de Santamaría y Josep Oliu en el Foro La Verdad-Banco Sabadell de la Región de Murcia ante una amplia amalgama empresarial totalmente en sintonía con el diagnóstico y las recetas. «Estamos en lo alto del ciclo», dijo el presidente del Banco Sabadell, después de unos años bárbaros de reformas y recortes, pero la inquietud está al otro lado de la puerta debido al bloqueo político para la formación de gobierno. Unido a esto, las noticias de fuera tampoco tranquilizan: otra movida bancaria en varios países europeos, con la consiguiente crisis de confianza financiera, el bache bursátil, y el petróleo.
Los asistentes al Foro La Verdad-Banco Sabadell tuvieron una visión de por dónde va España y el mundo; no solo de los comparecientes sino también del fluir de pareceres, análisis e información de los principales dirigentes de empresa. Un encuentro de sirvió para pulsar 'el momento', en mitad del cual se conoció el anuncio del debate de investidura de Pedro Sánchez para el día 2.
Los místicos decían que en tiempos de tribulación no conviene hacer cambios. Aplicado a la economía, los asistentes creen que están en el rumbo correcto, pero no saben si esto durará. Otra cosa es el escenario político. «Existen muchas dudas sobre nuestro futuro porque vivimos tiempos de cambio», dijo Oliu. La economía no quiere mudanzas, y menos en estos momentos. El presidente del Sabadell avisó también sobre posibles aventuras que se salen de la senda de rigor que impone la Comisión Europea.
Paradojas
De la jornada se puede entresacar la paradoja del momento: unos indicadores positivos (el mercado inmobiliario está en alza, lo cual es la primera señal de reactivación, y la previsión de crecimiento de España para este año y el siguiente es la más alta de la UE) en un momento político convulso. Oliu también apuntó que la «tasa de paro inaceptable» ha repercutido en las expectativas políticas». Un fuerte descontento que se ha traducido en votos para Podemos y otras formaciones. «Estamos a la espera e inquietos», concluyó, con una alabanza pública a Sáenz de Santamaría, a la que felicitó por su trabajo y por las reformas aplicadas por el Gobierno. La vicepresidenta primera del Gobierno «ilumina las instituciones», apostilló.
Semejante halago dio más munición en este trance del complicado liderazgo de Mariano Rajoy. El Foro se coció en la salsa de la actualidad. La asistencia de la vicepresidenta primera del Gobierno en funciones llevaba todos los condimentos, dentro del eco que persiste como alternativa a Rajoy para propiciar un pacto que permita al PP seguir gobernando. En estos términos, el recambio por Soraya se mueve por ahora más en el análisis que en la realidad. La vicepresidenta está a resguardo de la corrupción que atenaza al PP, y lleva un control exahustivo de los casos.
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