Echávarri ofrece revisar el plan de Gabriel Miró pero Pavón le recuerda que decide él

Los hosteleros de la plaza de Gabriel Miró acudieron ayer al alcalde, Gabriel Echávarri, en un último intento de frenar el plan de ordenación de veladores que Vía Pública ha presentado y volverlo a negociar. Un plan que incluye, además de una reducción de mesas y sillas (aunque menor que la prevista inicialmente), la limitación de horarios hasta la una y la condición de que las mesas de la parte noble solo se mantendrán hasta que los negocios se traspasen.

Según explicaron después, Echávarri se mostró «comprensivo» con sus propuestas sobre el plan, que han presentado ya en forma de alegaciones y les ofreció mediar con el vicealcalde y concejal de Vía Pública, Miguel Ángel Pavón, para revisar el plan e intentar suavizarlo.

En un comunicado, Echávarri explicó que los hosteleros le habían pedido reuniones a tres bandas entre Turismo (que él dirige), Vía Pública y el sector para volver a negociar el plan. Se limitó a reseñar que «tomaba nota» de sus reivindicaciones y mostró su «preocupación» por la posible pérdida de trabajos en la plaza, a la que hacen referencia los hosteleros. No obstante, estos aseguraron que se había comprometido a mediar. Y resaltaron que siempre han sentido más «amparo» por parte del alcalde que del edil del área.

«Los dos dialogan, pero el concejal de Vía Pública después no lo refleja en sus planes», señalaron.

En concreto, apuntaron que Echávarri se había manifestado en contra de la medida que propone que los locales traspasados no tengan velador en la parte noble y en contra de la reducción del horario a la una.

Sin embargo, Pavón, que ya había dejado previamente claro en varias ocasiones que la decisión final sobre los planes de ordenación le compete a él y solo a él, ayer volvió a recordárselo al alcalde.

En un momento en el que, además, en Guanyar están dolidos por la decisión del PSOE de dejarles fuera de la mesa técnica para la elaboración de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT). Y por las declaraciones de Echávarri en las que les acusaba de «desconfianza» por querer estar en ella y aseguraba que cada concejal es responsable de sus áreas.

El concejal señaló que es él quien decide sobre este tipo de planes, dado que se aprueban mediante decreto de Vía Pública. Y añadió que considera que ha habido «bastante diálogo tanto con hosteleros como con vecinos para adaptar el plan a las necesidades de todos». A su juicio, «se trata de un proyecto muy equilibrado, en el que hemos cedido mucho en cuanto al recorte de mesas, que al final es del 17%».

Explicó que el plan «no es ajeno a mis socios de gobierno», porque se lo ha explicado y presentado en varias ocasiones. No obstante, no cerró la puerta a «volver a dialogar con quien se tenga que dialogar», más aún, señaló, «si me lo pide un compañero de Corporación», en referencia al alcalde. Pero la decisión final «es mía», indicó.

Es cierto que en un principio el plan de ordenación de veladores contemplaba una reducción mucho mayor del número de mesas y sillas, que desaparecían prácticamente de la parte noble (alta) de la plaza.

Tras el revuelo que generó la propuesta, Vía Pública mantuvo encuentros con hosteleros y vecinos y rebajó considerablemente sus pretensiones. No obstante, los hosteleros entienden que «no es suficiente» porque la actual configuración hace «daño» a sus negocios.

El plan de ordenación, tal y como está planteado ahora mismo, despeja las mesas de la parte noble de las calles Manero Mollá y Cid. Algunas mesas de la esquina se trasladan hacia la fachada del edificio de Correos, lo que provoca que algunos de esa zona pierdan hasta la mitad de las mesas que actualmente tienen.

Las mesas de la parte noble se redistribuyen para dejar más espacios de acceso. El velador de la calle San Fernando también se redimensiona.