Eva María Lahoz
Sábado, 20 de febrero 2016, 01:47
El cierre en falso de la crisis aguda que tuvo el tripartito a principios de semana a raíz de sus discrepancias en materia de Recursos Humanos no ha evitado que vuelva a surgir otra pocos días después. Nadie sabe si será la definitiva, dado que Guanyar está decidido a aferrarse al equipo de gobierno con uñas y dientes, pero el PSOE parece también dispuesto a todo con tal de provocar que su socio tire la toalla y le han dado un motivo. En esta ocasión Compromís no va a actuar de mediador porque está también dolido.
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Ayer confluyeron multitud de factores que pueden dar al traste con el debilitado pacto de gobierno. En primer lugar, el alcalde ignoró públicamente a sus socios, Guanyar y Compromís, a la hora de tomar una decisión trascendental, la ampliación de la zona de libertad horaria comercial a toda la ciudad.
En segundo lugar, y quizá más relevante, la concejal de Guanyar Marisol Moreno protagonizaba una nueva salida de tono en el seno de una comisión municipal, en la que acusó al PP de celebrar «las juntas de gobierno en el D'Angelo», el club de alterne, cuando gobernaba.
Lejos de dejar el asunto en manos de Guanyar, como hizo con las manifestaciones que acabaron en una condena a la edil por injurias al Rey, el alcalde se apresuró a expresar su «condena» hacia estas «desafortunadísima expresión», condena que hizo extensiva a todo su grupo municipal. También su «solidaridad» con el PP. Y dejaba en el aire una posible retirada de competencias. Ayer, finalmente, no se produjo, pero el lunes habrá una Ejecutiva socialista que con toda probabilidad decantará al alcalde, que antes tiene previsto reunirse con Moreno.
Incluso en Guanyar son conscientes de que estas manifestaciones de la edil pueden dar a Echávarri el arma definitiva que, según parece, está buscando desde hace una semana para romper el tripartito y aliarse con C's, quizá con el apoyo en la sombra del PP. Y es que si le quita las competencias, la formación se verá en la tesitura de elegir entre exigir su dimisión o arroparla y dejar el equipo de gobierno. Aunque no está ni mucho menos claro que esta segunda opción vaya a ser la elegida, aunque el alcalde la prefiera.
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Y es que, ha dejado claro, primero con su negativa a ceder en Recursos Humanos, después con su reunión con los hosteleros y las críticas al plan de veladores de Miguel Ángel Pavón y, por último, ayer con la escenificación de su alianza con PP y C's para sacar adelante la ampliación de la libertad horaria, que le sobran sus socios.
Ignorados
Ayer, les hizo partícipes de su decisión sobre la libertad horaria el mismo día en que daba la noticia y al mismo tiempo que a los dos grupos de la oposición, PP y C's. Pero es que además hizo alarde de que contaba con el apoyo de estos dos últimos para sacar adelante la medida en el Pleno y de que poco le importa, por tanto, cuál es la opinión de los dos que, en teoría, deberían importarle, Guanyar y Compromís. «Yo estoy a favor del empleo. Luego, cada uno que esté a favor de lo que considere», les dejó, como mensaje, a sus socios. Es decir, que no se iba a parar a negociar con ellos en absoluto. No los necesita, porque tiene a PP y C's.
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Es consciente de que sus compañeros no opinan lo mismo que él sobre la liberalización de horarios comerciales. Quizá por ello ha preferido no consultarles y apoyarse, en cambio, en la oposición.
Además, lo hizo de forma bastante ostensible, dado que agradeció personalmente a ambos grupos su apoyo, en especial a Luis Barcala, portavoz del PP, que estaba presente en la rueda de prensa en la que presentó el proyecto.
Tras ella, Echávarri y Barcala se quedaron varios minutos hablando amistosamente y dejándose retratar. Posteriormente, el líder de la oposición fue más allá del asunto en el que han alcanzado el consenso para asegurar, como ya hizo en medio de la crisis del tripartito de inicio de semana, que el alcalde «siempre nos encontrará en los temas de futuro para la ciudad».
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Toda una declaración de intenciones, refrendada por C's, que no escatimó en palabras de felicitación al alcalde por su decisión sobre el comercio.
Mientras, Guanyar y Compromís no salían de su asombro. A primera hora se encontraban con un correo en el que les informaban de la ampliación de la libertad horaria, con la que no están de acuerdo. Ambos coincidían en afear a Echávarri su actitud.
Guanyar hablaba de tener en cuenta la «conciliación de los trabajadores del pequeño comercio» además de la de las grandes superficies y no entendía que no se hubiese consultado a las asociaciones de comercio de proximidad, señalo el concejal Víctor Domínguez, que hizo de portavoz al estar Miguel Ángel Pavón enfermo en su casa.
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Además, criticó abiertamente al PSOE por «echarse en manos» de la oposición, sobre todo en el caso del PP, porque «tenemos un mandato de acabar con las políticas de derechas, que han sido, como mínimo, irregulares y esta forma no es el camino», apuntó.
Desde Compromís, preferían evitar pronunciarse sobre el hecho de que el PSOE les ignorase. «El alcalde ha pedido disculpas y ha justificado que se han precipitado los acontecimientos. Dice que pensaba hablarlo», dijo el portavoz, Natxo Bellido. Pero sí que dejó claro que no está conforme con el «modelo de ciudad y de empleo» que proponen los socialistas.
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Más complejo es el asunto de Marisol Moreno, la edil de Juventud y Protección Animal de Guanyar, que, pese a que ya ha sido condenada una vez por sus manifestaciones contra el Rey, ayer volvió a meter la pata y lo hizo, además, en el seno de una comisión municipal.
Se debatía en la comisión de Presidencia la derogación de la ordenanza de prostitución y mendicidad. Cada grupo expuso su opinión y desde el PP y C's señalaron que consideran que no debería derogarse sin antes prever una alternativa contra problemas como los 'gorrillas'.
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Intervino entonces Moreno, que cargó contra el PP y les intentó desacreditar al asegurar que ellos «celebraban sus juntas de Gobierno en el D'Angelo», el prostíbulo alicantino. Enseguida fue reprendida por todos los presentes, incluidos los representantes del equipo de gobierno. Bellido, que preside esa comisión, dio un golpe en la mesa, le retiró la palabra y le exigió que pidiese disculpas. También la concejal de Hacienda, la socialista Sofía Morales. Incluso sus compañeros de Guanyar Víctor Domínguez y Julia Angulo. Moreno se disculpó, pero no fue suficiente.
El PP reclamó inmediatamente al alcalde que le retire las competencias y éste no se negó. Expresó su «condena» contra la «desafortunadísima expresión» de la edil y no dejó claras las medidas que va a tomar al respecto, lo que da pie a pensar que tiene previsto quitarle las competencias, ya que en la anterior polémica de Moreno se limitó desde el primer minuto a delegar la responsabilidad en Guanyar. Para los socialistas, está claro que hay diferencias entre ambos casos, porque ahora la edil ha hecho las manifestaciones en ejercicio de sus competencias, en el Ayuntamiento y, para más inri, en una comisión de la que se levanta acta oficial.
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Compromís está de acuerdo en la «gravedad» de las manifestaciones de Moreno, que Bellido calificó de «fuera de lugar» y «absolutamente agresivas». Para el portavoz, estas «salidas de tono no son tolerables y no pueden volver a pasar». Por lo que insta a Guanyar a «hablar seriamente con ella y tomar cartas en el asunto». A su juicio, con estos espectáculos «pierde Guanyar, el Ayuntamiento y la ciudad» y no es suficiente con «pedir disculpas».
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