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Luis Candela
Lunes, 22 de febrero 2016, 00:39
La juerga le salió cara a un hombre que tendrá que sentarse en el banquillo de un juzgado de lo Penal de Alicante acusado de inventarse una historia para poder justificar una noche a todo trapo. En concreto, el procesado se gastó casi cinco mil euros en servicios de prostitución, con extras, y botellas de champán Cristal y Moet Chandon en un club de alterne de la avenida de Bruselas de la capital alicantina. Solo la cuenta de alcohol ascendía a 3.500 euros, según figura en el sumario de la causa. Sin embargo, el ahora investigado fue quien denunció haber sido una víctima. Según dijo ante la Guardia Civil de Sant Joan d'Alacant, alguien le echó droga en la bebida logrando anular su conocimiento para realizar los pagos y diversas disposiciones de efectivo en el club de alterne en el que ocurrieron los hechos.
Pese a que en un inicio se le pudiera otorgar veracidad a la historia, los investigadores dudaron poco después de comenzar las pesquisas para esclarecer lo ocurrido la madrugada del 14 de junio de 2014. Por ello, el juzgado responsable de instruir el asunto pronto le dio carpetazo y decidió archivar la causa. El fallo fue ratificado además por la Audiencia Provincial de Alicante. No obstante, el supuesto perjudicado ya había recuperado sus 4.741 euros de manos de la entidad bancaria. Ahora, el hombre deberá responder acusado por un delito de estafa al banco y por otro de denuncia falsa, tal y como sostiene el Ministerio Público en su escrito provisional de acusaciones. En total, el fiscal le reclama una pena de dos años entre rejas y el pago de una multa de 2.700 euros. Asimismo, el imputado deberá devolver la cantidad reembolsada por la entidad en concepto de responsabilidad civil.
«Quería muchas guarrerías»
Cuando los guardias civiles comenzaron a interrogar a quienes participaron de la desenfrenada fiesta, la versión de la víctima comenzó a desmoronarse. Todo sucedió en dos horas, entre las cinco y media de la madrugada y las siete y media. Las tres chicas que contrató por servicios sexuales declararon en sede judicial que el ahora procesado era un habitual del establecimiento. Además, aseguraron que pidió diversos «extras» que encarecieron el precio. «Quería muchas guarrerías», testificó una de las implicadas.
De hecho, estas declaraciones contradicen completamente el relato ofrecido en el cuartel, pues coinciden en describir al acusado como «consciente» cuando introducía a contraseña de la tarjeta y firmaba los tickets de la tarjeta.
Otro punto discordante con la denuncia del hombre resulta el tiempo transcurrido desde que ocurrieron los hechos hasta el día que acudió al cuartel de la Benemérita. Casi una semana después de supuestamente haber sido drogado y desvalijado se planteó informar a los agentes. Pese a las justificaciones ofrecidas en sede judicial, un tribunal de la Audiencia Provincial, que ratificó el archivo de la causa.
La entidad Visa alertó el mismo día de 8 de julio al perjudicado primero y procesado después de que le había bloqueado la tarjeta por lo elevado de los cargos. Aun así, esperó al día 22 para acudir al banco y no fue hasta el día 24 cuando denunció. Además, le reprocha el tribunal que ratificó el cierre del asunto que «tampoco explica por qué no se acercó al centro médico más cercano» para que le realizasen los «pertinentes análisis para determinar la posible ingesta de algún tipo de droga».
Por ello, si bien el hombre deberá sentarse en el banquillo como acusado, no deberá hacerlo hasta al menos dentro de dos años debido al atasco judicial que sufren los juzgados de lo Penal alicantinos por la infinidad de causas que registran a diario.
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