Echávarri cede a la presión política y comercial y congela las aperturas en festivos

La enorme polémica que ha generado la decisión unilateral del alcalde, Gabriel Echávarri, de ampliar a toda la ciudad la libertad de horarios comerciales ha obligado a este a congelar la medida y abrir un periodo de debate con los distintos agentes implicados. Así se lo reclamó ayer el director general de Comercio, Natxo Costa, a Echávarri, con el fin de intentar poner paz en un asunto que no solo ha levantado ampollas en el seno del tripartito, con los dos socios en contra de la medida, sino que también ha abierto brechas en el tejido social.

El alcalde accedió a desconvocar el Consejo Local de Comercio previsto para hoy mismo, en el que se iba a debatir y votar la propuesta, con el objetivo de llevarla a Pleno el jueves. Se ha decidido aplazar ambos y el objetivo ahora, dicen, es llevarlo a Pleno en marzo.

Antes se abrirá un proceso de debate para «explicar la medida punto por punto a todos los colectivos interesados: trabajadores, empresas, sindicatos, comerciantes y vecinos, con el fin de que todos la conozcan en profundidad», explicó ayer Echávarri. Un debate al que se había comprometido inicialmente, pero que no se produjo más que con las grandes superficies, lo que generó la indignación del pequeño comercio.

Finalmente, ha sido Costa el que ha conseguido que este diálogo se produzca. Un debate que le han reclamado en estos días desde distintas formaciones políticas, entre ellas Guanyar.

El portavoz y vicealcalde, Miguel Ángel Pavón, pedía ayer personalmente primero y públicamente después al alcalde el aplazamiento del Consejo Local de Comercio para debatir el asunto y para que puedan votar los sindicatos y entidades como Facpyme, que precisamente se vota en el Pleno del jueves que se incorporen al Consejo.

El PP también reclamaba más tiempo para lograr un consenso y para ofrecer alternativas al pequeño comercio, aunque avanzaba que, en cualquier caso, su voto iba a ser positivo en el Consejo y en el Pleno.

Sus socios se mostraron ayer agradecidos por el aplazamiento de la medida, aunque también dejaron clara su postura, que es contraria a la libertad horaria en toda la ciudad. Es decir, que con el aplazamiento, la polémica, al menos en el seno del tripartito, solo se retrasa. Porque Echávarri sigue convencido de su idoneidad y sus socios la critican.

Guanyar lo hizo por la mañana, tras una reunión de grupo. Acusó al alcalde de «dar bandazos» en este asunto y de no ir «en beneficio de la mayoría social de la ciudad, sino de una serie de grandes empresas». Además de entender que se «rompe» el pacto de gobierno.

Compromís (el partido de Costa) lo hizo tras una reunión de su Ejecutiva local. Alabó al alcalde que aplace la medida y agradeció la intervención del director general, pero sentó ya su posición política, que es «contraria a la libertad horaria por suponer un desequilibrio comercial en detrimento del pequeño comercio y por no ser consecuente con el pacto de gobierno», destacó el portavoz, Natxo Bellido.

Costa ya manifestó el mismo viernes en que se dio a conocer la noticia que no estaba de acuerdo con la extensión de la libertad horaria a toda la ciudad, pero que aprobaría lo que le presentase el Ayuntamiento. En un principio alabó al Consistorio alicantino por el consenso teóricamente alcanzado. Pero más tarde se dio cuenta de que el consenso no era tal, cuando empezaron a llover las quejas de asociaciones y federaciones de comerciantes, sindicatos y grupos políticos.

Al final, su intervención ha sido crucial para el aplazamiento de la medida, dado que por la mañana el alcalde había dicho a Guanyar que no tenía pensado aplazar el Consejo Local de Comercio.