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Libertad horaria, tres años a la deriva

Libertad horaria, tres años a la deriva

El pequeño comercio pactó la Zgat del centro y se ha opuesto tenazmente a cualquier modificación

Eva María Lahoz

Lunes, 29 de febrero 2016, 01:17

La tramitación de las zonas de libertad horaria ha estado marcada siempre, en todas las ciudades, por la polémica. Voces a favor o en contra, en función de intereses casi siempre particulares. El problema es que, en el caso de Alicante, la polémica tiene sus bases muy bien asentadas, porque la gestión de la obligación de establecer una Zona de Gran Afluencia Turística en la ciudad ha sido, desde el principio, como mínimo dudosa. Ello ha dado pie a la presentación de demandas y recursos por parte de las partes teóricamente agraviadas, que ahora el Ayuntamiento esgrime para justificar su giro de 180 grados en este asunto.

Pero el alcalde, Gabriel Echávarri, no ha sido el único que ha variado su posición sobre el particular. De hecho, son pocos los que la han mantenido a lo largo del tiempo. Incluso los afectados, comercios de uno u otro tipo, han ido adaptando sus posturas a los intereses que se iban perfilando en cada momento.

La historia de la libertad comercial en Alicante empezó con una decisión cuestionada, la de acotarla al centro, y siguió como la lucha contra una evidencia, que es la tendencia mundial a favorecer que cada comercio pueda abrir cuando así lo desee.

Acotar por principio

En diciembre de 2012, el Ayuntamiento gobernado por el PP anunciaba que iba a tramitar la petición de varias asociaciones de comerciantes de declarar el centro de la ciudad Zgat, lo que se hizo efectivo en febrero de 2013. Respondía así a la exigencia, por parte del Gobierno central, de tramitar una zona de libertad horaria, por tratarse de un municipio que cumple con los requisitos como ciudad turística que se exigían. De no haberse tramitado una zona concreta, se habría declarado la Zgat en toda la ciudad en el plazo de seis meses.

¿Por qué el PP, que ahora apoya casi contranatura a Gabriel Echávarri en su decisión de extender la Zgat a toda la ciudad, no lo hizo de entrada, cuando era lo que le pedían desde el Gobierno central? La zona que tramitó incluía Maisonnave y, en concreto, El Corte Inglés, que se vio tremendamente beneficiado por esta decisión.

Si el PP hubiera optado por la libertad horaria en toda la ciudad o no hubiese incluido a El Corte Inglés, nada habría pasado. Pero pronto empezaron a llegarle al Ayuntamiento peticiones de centros comerciales para extender esta liberalización a sus ámbitos. El Consistorio las rechazó, primero con el argumento de que se presentaban individualmente, sin el apoyo de los comercios de la zona. Después, cuando los principales centros comerciales lograron el apoyo de los pequeños comerciantes de su zona de influencia, el Consistorio mantuvo su negativa, en este caso porque decidió que tenía que tener el visto bueno del Consejo Local de Comercio (que no existía cuando se declaró la primera Zgat). Un visto bueno que no consiguieron y que les llevó a presentar la demanda conjunta contra el Ayuntamiento que ahora se han comprometido a retirar.

¿Por qué no se les permitió la apertura? Porque el Consejo Local de Comercio sirvió de muro. Las asociaciones de pequeños comerciantes que arroparon la Zgat del PP se opusieron firmemente a extenderla. Y fuera del Consejo Local, esta Zgat recibió el beneplácito de federaciones como Facpyme. En un principio, los pequeños comerciantes argumentaron en su mayoría que preferían que no hubiese ninguna Zgat, pero que si tenía que haberla, la del centro era la ideal. No obstante, su argumento decaería cuando llegó al poder el tripartito y decidió sacar a El Corte Inglés de la ecuación. Porque entonces decidieron oponerse también, casi en bloque, a esta medida, en el Consejo Local de Comercio.

Un caso llamativo es el de Fecoema, que se opuso a la Zgat del centro, apoyó en algunos casos las demandas aisladas los centros comerciales de abrir en su zona concreta, después estuvo a favor de limitar la Zgat y ahora se opone a la libertad total.

El Colectivo de Comerciantes por Alicante, la otra gran federación local, apoyó la Zgat del centro, se opuso a su limitación y también está en contra de la libertad total.

La demanda de los centros comerciales llegó cuando Miguel Valor era alcalde. Se produjeron reuniones para tratar de alcanzar un acuerdo y se habló de permitir a todos la apertura en los festivos de Navidad, Semana Santa y verano, como fórmula intermedia. Que es lo que ahora defiende el Consell. Sin embargo, Valor, ante la cercanía de las elecciones y el más que posible cambio de gobierno, decidió no tomar una decisión y dejar la 'patata caliente' a sus sucesores.

El tripartito llevaba en su programa conjunto la suspensión de la Zgat del centro y adoptar las medidas necesarias para que El Corte Inglés y las grandes tiendas de Maisonnave dejasen de abrir los festivos.

Una decisión que se empezó a gestar en agosto y que se tomó en octubre, con el rechazo de buena parte del sector representado en el Consejo Local de Comercio y gracias a los votos políticos. Tuvo que implicarse, incluso, la representante del Consell para que salieran las cuentas.

En el Pleno, la aprobación de este polémico punto contó con el voto a favor del tripartito y del grupo municipal de C's, mientras que el PP se quedó solo en su defensa del mantenimiento de su Zgat, pero avanzaba ya su predisposición a tramitar su ampliación a toda la ciudad.

Pronto la Concejalía de Comercio anunciaba que estaba negociando con las grandes superficies para permitirles abrir «algunos festivos» a todas ellas, a cambio de que contratasen personal y limitasen el número de festivos trabajados a 10. Todo ello a cambio de que los centros comerciales retirasen su demanda y El Corte Inglés el recurso que habían presentado contra la aprobación de la limitación de la Zgat por el Consell, en diciembre.

Giro político

Sorprendentemente para muchos, el 19 de febrero, el alcalde anunciaba la libertad horaria total, a cambio de 625 empleos. Aseguró que había «consenso» previo, pero pronto se vio que no era tal, dado que el pequeño comercio, CC OO, la Generalitat e incluso sus socios de gobierno, Guanyar y Compromís, señalaron que no se les había consultado.

Contaba, eso sí, con el PP y con C's. Estos últimos habían votado contra la limitación de la Zgat en el Consejo Local, a favor en el Pleno y ahora se sumaban a la libertad total. El PP justificaba su respaldo a la medida en el éxito de la Zgat del centro. Éxito discutible, a juzgar por los estudios sobre la misma encargados por Comercio y que revelaban que en dos años no había tenido efecto en las ventas o el empleo del pequeño comercio, solo en las de El Corte Inglés y la hostelería.

Facpyme, que había defendido la Zgat del PP y se opuso a su limitación, arropaba ahora postura del pequeño comercio local contra la libertad total, pero no así Cepyme, lo que abría una brecha en la patronal. El Consell, que no sabe cómo tomarse el giro socialista, conseguía que Echávarri parase su proyecto y lo dialogase, al menos, con los sectores implicados.

El alcalde, que comenzó poniendo por delante el empleo generado, se ha topado con voces que lo desmienten porque, en el caso de El corte Inglés, dicen, los empleados no trabajaban ya más de 13 festivos, porque a partir de ahí a la empresa tenía que pagárselos más caros y le compensaba contratar personas para esos días.

Por eso ha decidido en los últimos días dar más peso al argumento de que la libertad total, con sus condiciones, es la única vía para evitar que, si prosperan las demandas o recursos, se tenga que implantar sin ellas. Sin embargo, nadie ha aclarado por qué se pasó de negociar la apertura de determinados festivos a permitir la libertad horaria total. Tampoco por qué no contó con sus socios, que ya han anunciado que se opondrán a la medida en el Pleno.

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