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Un avión regresa a El Altet minutos después de despegar tras chocar contra varias aves

Alicante ha aumentado los controles en el vertedero para evitar el flujo de pájaros, pero no está dispuesta a desecar el Saladar de Aguamarga, como plantea Aena

E. M. L. / B. S. / EFE

Viernes, 11 de marzo 2016, 00:56

Un avión de la compañía noruega Norwegian que acababa de despegar del aeropuerto de Alicante/Elche tuvo que volver ayer a aterrizar minutos después tras impactar con una bandada de aves, en un incidente que no causó daños materiales ni personales.

Un incidente muy poco habitual que se ha producido, casualmente, en la misma semana en la que Ecologistas en Acción denunciaba que la presencia de aves en el entorno se debe, fundamentalmente, a la gestión «deficiente» del vertedero de Fontcalent y no, como dejó caer hace unos días Aena en la comisión sobre seguridad aérea, según la versión de los conservacionistas, al Saladar de Aguamarga.

Según informaron desde el aeropuerto, el avión despegó con normalidad a las 7.35 horas con destino Munich y al poco tiempo colisionó con las aves. Los pilotos decidieron volver a tomar tierra y el aterrizaje se produjo sin incidencia alguna a las 8 horas.

Por su parte, un portavoz de Norwegian señaló que la colisión con las aves se produjo durante «el proceso de despegue» y que, pese a que no produjo daños, el piloto prefirió seguir el protocolo que existe en estos casos y por un criterio de prudencia regresar para evaluar si había desperfectos.

Los pasajeros, más de cien, fueron trasladados a la terminal con un vale de 15 euros para usarlo en la cafetería y esperaron a la llegada otro avión procedente de Londres efectuar el vuelo a Munich con las mismas tarjetas de embarque.

Según datos de Aena en el aeropuerto Alicante-Elche en el periodo 2008-2015 solamente se han producido 21 impactos con aves de porte mediano (gaviotas, limícolas, pequeñas rapaces y esteparias ), y dos impactos con aves de gran porte como las gaviotas patiamarillas, que pudieran tener mayor riesgo. Ninguno de ellos ha producido daños en las aeronaves. En únicamente dos de estos incidentes en los últimos tres años, incluido el de ayer, el piloto ha decidido alterar la ruta y volver a aterrizar siguiendo el protocolo de emergencia establecido, segúninforma Aena.

Desde Aena mantienen un control constante de este potencial peligro. De hecho, desde la empresa aeroportuaria indican que existe desde hace muchos años un servicio de cetrería especial para ahutentar a todo tipos de aves.

Es más, hace unos meses iniciaron una ronda de reuniones con el Ayuntamiento de Alicante para abordar posibles focos. Entre ellos, el vertedero de Fontcalent, que, desde la Concejalía de Medio Ambiente reconocen que es el más problemático, pero también el Saladar de Aguamarga que, según el Ayuntamiento, han planteado incluso desecar en las últimas reuniones. Un extremo al que Medio Ambiente se negó categóricamente ya que, de hecho, en estos momentos trabaja con Elche en un proyecto para incrementar la lámina de agua del saladar y protegerlo.

«En estos momentos no hay aves en el Saladar, porque apenas tiene una lámina fina de agua. Nuestra intención es incrementarla y ello atraerá, sin duda, a las especies, pero en ningún caso creemos que vaya a interferir en la seguridad aérea», explica el concejal Víctor Domínguez, que añade que, además, «es responsabilidad del aeropuerto evitar las colisiones con cetrería, láseres o desviando algún vuelo que crean que puede verse afectado».

Respecto al vertedero de Fontcalent, Domínguez explica que en los últimos meses se han multiplicado los controles de sellado de las celdas por la noche. Y que esperan incrementarlos aún más cuando dispongan de inspectores nocturnos.

Exigirán, dice, que «se cumpla con la Autorización Ambiental Integrada» que implica un mayor control sobre las celdas del vertedero.

A juicio del edil, la reducción de cuatro a tres turnos de tratamiento de basuras ha favorecido que se sellen las celdas como es debido, ya que no se trabaja ya las 24 horas.

Aún así, apunta, «lo cierto es que es inevitable que haya aves, que sobre todo acuden durante el día». Por lo que apela al control por parte del aeropuerto.

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