A veces se gana y otras se aprende
PACO GÓMEZ
Sábado, 12 de marzo 2016, 11:21
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PACO GÓMEZ
Sábado, 12 de marzo 2016, 11:21
Cuando la perspectiva económica comenzaba a mejorar, la provincia de Alicante se podría quedar sin uno de los interlocutores fundamentales: una voz de los empresarios, Coepa. El sector empresarial alicantino es uno de los más activos, involucrados socialmente y con mejores resultados económicos de la Comunidad Valenciana. Formamos una red fundamental a nivel estatal de pequeñas y medianas empresas, que, además de generar puestos de trabajo, impulsamos la economía y el conocimiento hacia proyectos de futuro.
Todos y cada uno de los empresarios sobreviven por sí solos, pero necesitan la unión para convertir sus múltiples voces en una sola que reclame ante las diferentes instituciones un escenario mejor, un marco político que no genere trabas, ni impedimentos al desarrollo económico y social de nuestra provincia. Es por ello que la pérdida de Coepa sería una pérdida para la provincia de Alicante. Otra vez, corremos el riesgo de que la provincia de Alicante se quede sin respuestas a las preguntas que, desde hace tantos años, planteamos a las administraciones estatales, autonómicas y locales. Sin una patronal fuerte, no hay sindicatos fuertes. No hay sociedad fuerte. Es cierto que el modelo Coepa no era el mejor modelo, ahora lo sabemos. Su posible desaparición tras una vida de casi 40 años es fruto de errores colectivos. La institución empresarial cometió un error de modelo, convertirse en un órgano extremadamente dependiente de las diferentes instituciones y sus subvenciones. Un error de partida que se ha demostrado mortal, puesto que la viabilidad siempre depende de la voluntad de terceros y, por otra parte, la independencia de una institución siempre podría quedar supeditada al principio de no violentar sensibilidades ajenas.
Los grandes proyectos que se han convertido en ilusiones procedían de administraciones como la Generalitat, que embarcó a Coepa en un proyecto social de interés ciudadano como la Casa de Oficios. Este centro de formación era una herramienta que, de buena fe, pretendía cubrir una demanda para aquellas personas que no disponían de habilidades suficientes para encontrar un puesto de trabajo o sostener el que ya tenían. Un error de cálculo que nos embarcó en una aventura de final incierto, que es el que puede dar la puntilla a una institución como Coepa.
Esta es la propuesta básica en la que se debe sostener el plan de viabilidad para Coepa. Una nueva estructura de sostenimiento de la Confederación a partir de cuotas participadas por todos y cada uno de los empresarios que la componemos. Así, no dependiendo de ninguna administración ni de la voluntad de ningún político, podríamos seguir construyendo nuestra actividad social, reivindicativa a favor de nuestra provincia; pero también de la formación de nuestros trabajadores. Trabajadores bien preparados y mejor pagados hacen de nuestras empresas, organizaciones más competitivas. Si bien es cierto que Gobiernos valencianos anteriores nos embarcaron en una nave que hacía aguas por varios costados, sin que nosotros estuviéramos atentos para descubrirlo; los empresarios esperábamos que el actual Consell hiciese un mayor esfuerzo por sentarse a solventar problemas que se habrían podido reconvertir en soluciones, como habría ocurrido con la Casa de Oficios, verdadera vía de agua de la institución. Pero ni hemos tenido la posibilidad de presentar nuestro plan de viabilidad. Una deriva a cero de Coepaque puede tener otros efectos colaterales, no deseados, en la patronal valenciana Cierval. Así, sin atajar un problema, podemos vernos sumidos en la generación de dos más. Especialmente en tiempos donde va a ser necesario que haya un diálogo social importante, entre los empresarios y los sindicatos, más allá de las regulaciones que establezcan o no las diferentes normativas laborales.
En tiempos de recuperación, va a ser fundamental una voz única de todos los empresarios para atender inversiones y apuestas que determinen mejores perspectivas de futuro. La Administración nos debe escuchar y nosotros debemos proponer. O hacemos oídos sordos para no superar este agujero negro en el que se ha convertido la crisis que termina por tragarse todo. O acordamos y hablamos en primera del plural, o volverán los tiempos en que hablando de 'yo' y de 'mi' sólo se defienden intereses individuales, y no colectivos. O hablamos de nosotros o no habrá recuperación posible.
Parece que Coepa no es lo urgente en este momento, pero sí es lo importante. Los empresarios siempre vamos a tener un foro común y una voz única. Un organismo que busque lo que nos una y que no viva del enfrentamiento sólo pensando en lo que nos separa. Los empresarios debemos aprender de lo vivido para no sufrirlo más, y espantar los comportamientos desleales y egoístas de aquellos que convirtieron su propia opinión en motivo de enfrentamiento, división y desacuerdo. Eso se debe acabar y aquellos que lo provocaron deben dar un paso atrás. La beligerancia interna y externa solo nos ha traído problemas. El diálogo nos dará la fuerza.
Los empresarios debemos seguir luchando por todos y para todos. Con la misma fuerza que luchamos para sostener nuestras empresas y los puestos de trabajo. Somos muchos, y eso ha hecho que a veces estemos solos. Pero hemos aprendido que sólo pierde el que se rinde. Y ninguno de nosotros va a perder. Hoy ya sabemos que a veces se gana y otras se aprende.
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