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Barberá, durante su comparecencia del martes ante los medios de comunicación en Valencia.

El expediente a Rita Barberá apacigua los ánimos en un PP harto por la corrupción

El entorno de Rajoy reivindica como propia la decisión de actuar, pese a que el presidente apoyó en público a la exalcaldesa

NURIA VEGA

Jueves, 17 de marzo 2016, 01:27

La plana mayor del PP se dio cita ayer en la convención económica que el partido había organizado en Madrid. Pero el cónclave tan sólo sirvió para constatar que los casos de corrupción han terminado por eclipsar cualquier intento de Mariano Rajoy por retomar la iniciativa política. La apertura de un expediente informativo a Rita Barberá y su antiguo equipo municipal resonaba un día después en los corrillos de los populares, en los que se admitía que la decisión había servido para tranquilizar a militantes y cargos de la formación, hartos de asumir las consecuencias de los escándalos. La mayoría sospecha, aun así, que se trata de un parche que solo ayudará a «alargar la agonía».

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Los dirigentes del PP comienzan a asumir que ya no caben medias tintas. Muchos en el partido se sienten identificados con la denuncia de los vicesecretarios Javier Maroto y Pablo Casado, que el martes se negaron a dar por buenas las explicaciones de la exalcaldesa de Valencia sobre el presunto blanqueo de capitales en el Ayuntamiento. «Barberá no tiene ninguna necesidad de seguir en su escaño (del Senado)», aseguraba un representante popular, mientras el PP vasco exige a la exregidora una «reflexión profunda». «En este caso, está claro que se está haciendo un daño considerable al partido», ahondó la portavoz de la formación, Laura Garrido.

También la presidenta de la Comunidad de Madrid reclamó a su compañera más explicaciones. «Lo que estamos viendo, las grabaciones y demás, muy tranquilizador no parece», lamentó tras insistir en el camino de la «tolerancia cero». Pero tanto Cristina Cifuentes como el propio Maroto trataron de valorar ayer el paso dado por la cúpula al abrir expediente a los 50 miembros del PP implicados en la operación Taula. «Me alegro muchísimo, creo que es una decisión que las bases entienden», subrayó el responsable de Acción Sectorial.

A su alrededor, la dirección del partido se afanaba en tratar de sofocar el incendio y negar la brecha abierta 24 horas antes, cuando Maroto mostró su malestar con Barberá mientras Rajoy confesaba que el compromiso de la exalcaldesa de declarar ante el juez le dejaba «tranquilo». El propio jefe del Ejecutivo negó «enfrentamiento alguno» en una entrevista en Telecinco.

También en el entorno del presidente se niega con rotundidad que a día de hoy en la formación cohabiten dos visiones políticas incompatibles: la de quienes quieren mantener «la prudencia» ante presuntos casos de corrupción y quienes piden una «purga» que deje atrás a todos los que cometieron irregularidades en el PP. «Aquí, ¿quién decide que se abra un expediente, Rajoy o Maroto?», preguntaban indignadas fuentes próximas al líder de los populares.

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La versión oficial dice que la determinación de actuar contra Barberá se tomó por la mañana, una vez revisado el sumario sobre la presunta financiación ilegal. Pero a diversos cuadros del partido no les cuadra la tesis. No comprenden cómo siendo así nadie comunicó a los vicesecretarios que el PP se había puesto ya a trabajar para esclarecer los hechos o qué llevó a Rajoy a darse por satisfecho con las declaraciones de la senadora, amiga personal suya. «Es un paso adelante muy importante», incidió el presidente una vez que la exalcaldesa diera sus explicaciones en rueda de prensa. En los círculos en los que se desconfía de las palabras de la cúpula agradecen que Maroto y Casado «agitaran el árbol» del que cayeron frutos.

Quienes conocen al jefe del Ejecutivo ponen énfasis, en cualquier caso, en que haya aceptado finalmente investigar a Barberá. Más allá de la relación personal que les une, fuentes populares recuerdan que la senadora está «acostumbrada a presionar mucho» y a ganar los partidos por goleada. Hasta ahora se ha resistido con todas sus fuerzas a ser cuestionada por la dirección nacional e incluso ha reclamado en privado que impida a la presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, retirar el acta a los concejales investigados. Pero la formación en Valencia no está dispuesta a cejar en el empeño.

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