Luis Candela
Sábado, 19 de marzo 2016, 00:49
Un tribunal ha condenado a una red de traficantes que se valía de un bar de Calpe para distribuir cocaína en la Marina Alta, sustancia que alguno de los acusados vendía directamente a los clientes acudiendo a sus casas. Por ello, la Sección Décima de la Audiencia Provincial ha impuesto penas de entre tres años y cuatro años y medio de prisión a los seis narcos por delitos contra la salud pública y que en total suman más de dos décadas de cárcel. Fruto de la operación para arrestar a los sospechosos, los investigadores se incautaron de 'coca' por valor de 16.633 euros, así como otras sustancias y pastillas de Viagra.
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Las investigaciones comenzaron una vez la Guardia Civil de Calpe tuvo constancia de que en un bar se distribuía cocaína al menudeo y que, para ello, el dueño del establecimiento y uno de los empleados se servía de suministradores colombianos. El Juzgado de Instrucción de Dénia autorizó a los agentes intervenir los teléfonos de los sospechosos mediante un auto fechado el 31 de agosto de 2011. Las defensas pusieron en duda la validez de la resolución en el juicio celebrado entre el 8 y el 10 de febrero en la sede provincial.
Sin embargo, los magistrados sostienen que en el auto se exteriorizan «las razones jurídicas que justifican» la práctica de la diligencia para pinchar los teléfonos de los implicados. De hecho, de las conversaciones se deduce que los procesados cruzaron un elevado número de llamadas «en lenguaje encriptado», como detalla la sentencia, a fin de organizar operaciones de compraventa de la droga.
Así, al propietario del bar, algunos de sus interlocutores le preguntaban si «tenía buena mierda» o si «valía la pena que fuera a cenar», evidencias para el tribunal de que trataban asuntos relacionados con los estupefacientes. Este extremo se confirmó con la entrada y registro del bar, en cuyo despacho anexo los agentes del Instituto Armado encontraron casi veinte gramos de 'coca', útiles para guardar la droga, Viagra y hojas con nombres y anotaciones. Además, algunos de los consumidores habituales testificaron el juicio que acudían al bar a por sus dosis.
Mientras, el principal suministrador de la cocaína realizaba viajes a Madrid para surtirse de mercancía que luego vendía a otros traficantes, según recoge la sentencia. Cuando la Guardia Civil fue a detenerlo, los agentes no hallaron droga en ninguna de sus casas de Calpe y Teulada. Sin embargo, uno de sus vehículos escondía doscientos gramos de la sustancia, valorada en casi 12.000 euros. Los investigadores montaron un operativo para su captura en la autovía.
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En una primera batida del perro adiestrado para localizar sustancias estupefacientes, el can no detectó la cocaína. No obstante, finalmente, se encontró en un calcetín impregnado en café la droga que pretendía vender en la Marina Alta.
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