José Vicente Pérez Pardo
Lunes, 21 de marzo 2016, 01:12
Las explicaciones que la concejal de Acción Social, Nerea Belmonte, dio el sábado por la tarde a sus compañeros de Guanyar Alacant sobre la adjudicación de varios contratos a conocidos de Podemos no han convencido, por lo menos a una gran parte. Ahora todo está en manos del alcalde, Gabriel Echávarri, con quien se reunirá hoy. Si el regidor no admite las disculpas de la edil y la rescisión de los polémicos contratos que se le pondrá encima de la mesa, Belmonte se quedará sola, puesto que tampoco en Compromís admiten las formas con las que la concejal ha gestionado esta importante área.
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Belmonte se reunió el sábado por la tarde, a la vuelta de sus vacaciones en Andorra, con sus compañeros de Guanyar. Allí, según fuentes presentes en la reunión, admitió que no se había explicado lo suficiente la adjudicación de varios contratos menores (inferiores a 18.000 euros) a una empresa recién constituida por unos compañeros de Podemos, el mismo partido de la concejal. Se mostró dispuesta a rescindir estas adjudicaciones, avaladas por los técnicos añadió, y pedir disculpas públicamente como hizo en su momento Marisol Moreno.
Sin embargo, en el caso de la edil de Juventud y Protección Animal no se trataba de una polémica en torno al funcionamiento de su concejalía, sino a unas declaraciones en la comisión de gobierno en las que manifestó que la anterior Corporación celebraba las juntas de gobierno en un club de alterne. Al fin y al cabo, un tema político y personal hasta si se quiere. El alcalde aquí sí fue magnánimo, aceptó estas disculpas y no le retiró las competencias, como había anunciado.
Esta es la principal diferencia entre Marisol Moreno y Nerea Belmonte. Lo que está en cuestión en el asunto de la concejal de Acción Social son varios puntos: la necesidad de contratar una empresa externa para la comunicación en un área tan sensible como es Acción Social; la adjudicación directa, en sí misma, a una empresa sin experiencia y constituida por dos conocidos de la edil; y, en tercer lugar, el trabajo desarrollado por los mismos.
La postura de los socios
Los socios de gobierno de Guanyar han sido muy beligerantes con la actuación de Acción Social. El PSOE pidió directamente la dimisión de Belmonte en la comisión de seguimiento del pacto de gobierno celebrada el pasado lunes y Compromís no se ha manifestado al respecto hasta que escuchar las explicaciones que hoy dará la edil al alcalde; el vicealcalde, Miguel Ángel Pavón; y el portavoz del equipo de gobierno, Natxo Bellido. En el caso del tercero, su silencio ya es un clamor.
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Una vez dé sus argumentos de cómo, cuándo y por qué se dieron estas adjudicaciones y de cómo gestiona un área tan sensible como Acción Social, el alcalde tomará una decisión que, según la fuentes consultadas, ayer no tenía ni meditada. La propia Belmonte las trasladará a la opinión pública en un comparecencia que tiene prevista a mediodía en la sala de prensa municipal.
Las circunstancias pueden salvar a Belmonte, por lo menos hasta el momento. La organización autonómica de Podemos ha abierto una investigación por la forma en cómo se han adjudicado estos contratos. De sus conclusiones dependerá mucho el futuro de Belmonte en el Ayuntamiento de Alicante, puesto que, como ella misma afirmó, «renunciaré si Guanyar y Podemos me lo piden».
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A la espera de las conclusiones que tome Podemos (donde Belmonte ocupa un puesto en la gestora que se montó tras la destitución del secretario general, Jesús Bustos), es previsible que el tripartito no tome más medidas. Más si tenemos en cuenta que el miércoles es el Pleno extraordinario de presupuestos y que la correlación de fuerzas en el Consistorio es exigua: 15 a 14 a favor del tripartito. Un solo voto al descuido podría provocar que las primeras cuentas del gobierno municipal no se aprobaran.
Tanto el alcalde como sus socios de gobierno son conscientes de su delicada situación. No obstante, Echávarri ha cambiado desde hace un par de semanas su actitud respecto a sus socios de gobierno, a los que tiene atados en corto.
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El alcalde estuvo a punto de romper el tripartito para apoyarse en Ciudadanos para gestionar el Ayuntamiento. Tan solo la inestable situación política a nivel nacional parece que paralizó lo que supondría un cambio en el gobierno local. Desde entonces, Echávarri ha estrechado el cerco a sus socios de gobierno: primero fue a Marisol Moreno, quien tuvo que retractarse de unas desafortunadas declaraciones y ahora ha sido Nerea Belmonte. Es de suponer que sea el propio alcalde quien explique si hay alguna modificación en el equipo de gobierno, la primera en los nueve meses de tripartito.
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