La garra del 'Tano' ahoga al Orihuela

El Elche Ilicitano mandó ayer un serio aviso a sus rivales directos. Con un jugador menos durante prácticamente todo el partido, el equipo de Vicente Parras fue capaz de voltear el marcador y, además, de abrir brecha a un equipo que le había dominado durante los primeros 45 minutos. Los jugadores Orihuela se las prometían muy felices cuando vieron que tras el empate de Raúl el centrocampista Paul Quaye se marchaba al vestuario pero la garra del filial franjiverde unida al desacierto oriolano en defensa provocó el desastre.

Frente a frente, se cruzaban dos equipos con dinámicas adversas, puesto que los ilicitanos tenían la imperiosa necesidad de retener los tres puntos y cortar la mala racha de resultados que habían cosechado en los últimos encuentros. Mientras tanto, el Orihuela, desde la llegada de Frank Castelló al banquillo, había experimentado una notable mejoría, sobre todo en las cuestiones defensivas, algo que sorprendentemente fue lo que les costó la victoria.

El golazo con el que abrió el marcador Sory fue apenas un espejismo para los franjiverdes, puesto que fue el conjunto oriolano el que dominó durante el primer envite. El delantero del Elche agarró un balón en la frontal y se deshizo con una finta de su marcador para encontrar el espacio que le allanó el camino para soltar un zapatazo que se coló por la escuadra de la meta de Emilio. Los de Castelló reaccionaron bien al directo y no le perdieron la cara al partido, esperando pacientes a que su ocasión llegara.

Apenas cinco minutos después llegó el empate de Raúl, que se lució frente a los ilicitanos. El '9' del Orihuela encontró el hueco para rematar de cabeza un saque de esquina imparable para Juanma. Con el 1-1 y los ánimos por las nubes para los amarillos llegó la jugada polémica y la consiguiente expulsión de Paul Quaye. Tras un choque en una pugna de balón en la medular Alberto Salazar le mostró la amarilla, lo que provocó las quejas del público del Díez Iborra y del propio futbolista, que le recriminó la acción airadamente, provocando que éste le sacara rápidamente la segunda.

Los oriolanos vieron la oportunidad de seguir haciendo sangre y dar la estocada definitiva a un rival muy tocado. Raúl volvió a estar donde tocaba para meter en el fondo de la red un balón cedido de cabeza por su compañero Juanjo tras un grave error defensivo. Lejos de dejarse llevar, el filial del Elche siguió dando el callo y pudo haber sorprendido justo al filo del descanso con un contragolpe de libro que finalizó Maxi pero que salió por milímetros.

Ya en la reanudación, Parras fue valiente y sacrificó a Agudo para dar entrada a Rubio y jugar así con tres delanteros. Una jugada que fue brillante a tenor del resultado. Fue en el 67' cuando Sory fue derribado en el área de forma clara. Sobre los 11 metros, el capitán Fran Martínez cogió galones y puso las tablas con un disparo raso a la base del palo derecho de Emilio. Con el 2-2 el público del Díez Iborra estalló en júbilo y comenzó a llevar en volandas a los jóvenes jugadores blanquiverdes.

Mazazo

Por su parte, el Orihuela intentaba reponerse del mazazo llevando el juego por los costados en busca o bien de centros o bien de disparos. Fue Coco quien probó fortuna con un potente trallazo que repelió con avidez el entonado Juanma. El Ilicitano intentó llevar el timón del encuentro, no siempre con fortuna, pero buscando insistentemente la verticalidad de Sory, Nuha y Rubio.

Fruto de una alta presión arriba llegó el robo de balón a la salida de los oriolanos y el consiguiente contragolpe local. Nuha cedió el cuero al espacio para que Rubio se abriera hueco y cruzara el disparo ante la salida de Emilio para darle la vuelta al marcador. Con el 3-2, lejos de echarse atrás los de Parras dieron varios pasos al frente y continuaron probando al meta del Orihuela, que hizo una doble parada de muchos quilates a tiro de Rubio.

Ya en el descuento, el picihichi del Ilicitano, Nuha, no faltó a su cita con el gol y apareció para poner el definitivo 4-2 de cabeza. Un buen centro desde la esquina hizo que el punta del Elche se alzara sobre sus marcadores para rematar duro y abajo, imposible para Emilio.