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Los costaleros de Stabat Mater, antes de salir de Nuestra Señora de Gracia.
Martes de luto, esfuerzo y solidaridad

Martes de luto, esfuerzo y solidaridad

Las imágenes portaron crespones negros por los atentados de Bruselas

Eva María Lahoz

Miércoles, 23 de marzo 2016, 01:47

«¡Vamos, valientes! Hay que echarle corazón!», animaba Fernando Candela, uno de los dos capataces de la Virgen de los Dolores y San Juan de la Palma a sus costaleros. Y, sin duda, mucho corazón, fervor y maestría han de ponerle los 35 portadores de este paso para lograr sacarlo, sin un rasguño, de rodillas, de la Basílica de Santa María.

  • 19.00 horas. Hermandad de Santa Cruz. Desde la Ermita de Santa Cruz

  • 21.00 horas. Cofradía del Cristo del Divino Amor y Virgen de la Soledad 'La Marinera'. Desde el Convento de las Monjas de la Sangre.

  • 21.15 horas. Hermandad de la Misericordia, Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y Nuestra Señora de la Esperanza Coronada. Desde la Parroquia de la Misericordia.

El esfuerzo y la valentía son, sin duda, dos de las señas de identidad del Martes Santo. También la Amargura, de la Cofradía del Ecce Homo salió de rodillas de la parroquia de los Franciscanos.

Pero el de ayer fue también un Martes Santo de luto no solo religioso. Y es que las hermandades y cofradías se acordaron del sufrimiento de los belgas y portaron crespones en memoria de los afectados por los atentados de Bruselas.

También de solidaridad, dado que Alfredo Llopis, hermano mayor del Cristo del Mar dedicaba su procesión a todas las hermandades que no pudieron salir el lunes por la lluvia. «Les he mandado un correo y les he dicho que sus oraciones e intenciones son las nuestras y que hoy (por ayer) será un poco también Lunes Santo», explicaba antes de salir. De hecho, ayer también tuvieron que lidiar con la incertidumbre del tiempo.

La salida de la procesión de la Hermandad del Cristo del Mar es una de las que más gente congrega, hasta abarrotar la plaza de la Basílica mucho antes de que se abran sus puertas. La espera merece la pena, porque sin duda se vive un momento espectacular cada Martes Santo.

El primero en salir, tras la banda de música y varios pequeños con palmas en las manos y muy puntual, es el bellísimo Cristo del Mar, de Antonio Castillo Lastrucci, que este año llevaba un lazo negro en uno de los velones rojos. Este paso tiene la ventaja de que la Cruz puede bajar de altura, por lo que cabe a hombros por las puertas de Santa María. Eso sí, han de dejar sus varales los portadores de ambos extremos para que quepa de ancho, por lo que el peso se lo tiene que repartir el resto hasta que traspasa la puerta.

Tras él, un ilustre acompañamiento, en el que destacan capitanes de navío, comandantes de la Armada y responsables de la Autoridad Portuaria, además de diputados como Carlos Castillo o concejales como Fernando Marcos.

Le llegaba el turno entonces a Nuestra Señora de los Dolores y San Juan de la Palma, imagen anónima del siglo XVI. Fernando Candela, capataz del paso junto con José Vicente García, dedicaba la procesión a los fallecidos en las familias de todos ellos. Con precisas indicaciones, llevaron el paso hasta la puerta, donde, por filas, se fueron arrodillando para poder sacarlo. «¡Cuerpo a tierra!», mandaba Candela, única voz frente a un silencio de respeto absoluto en la plaza. Al traspasar el umbral, con un «¡Poco a poco, todos arriba!», los costaleros elevaban el trono, entre una gran ovación y fuertes aplausos, seguidos del himno de España y una lluvia de pétalos de rosas.

Entre las múltiples damas de mantilla de la Virgen, la Bellea del Foc, Carmen Caballero.

Salvado el primer gran escollo, ambas imágenes quedaban listas para recorrer las calles del centro, con momentos muy especiales, como la doble 'revirá' (giro) en Monjas-San Agustín y Montegón o la 'cangrejá' (avance de los costaleros de espaldas) al ritmo de la Habanera de los Dolores al regreso por la calle Villavieja.

Stabat Mater

Gran esfuerzo, sin duda, el que tienen que hacer también los 150 costaleros del paso único de la Hermandad Penitencial Stabat Mater, todos ellos alumnos y antiguos alumnos de los Maristas, que salía pasadas las 20.15 horas de Nuestra Señora de Gracia. Es uno de los más grandes de la Semana Santa alicantina, por lo que sus movimientos y giros son complejos.

A las 21.00 horas salía de la Concatedral de San Nicolás la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús y la de la Virgen de las Penas, que este año estrenaba pañuelo y enagua con encajes del siglo XIX.

En la Cofradía Franciscana del Ecce Homo y Nuestra Señora de la Amargura, además de la salida de los tronos, llamó especialmente la atención la nueva túnica del Cristo, bordada en hilo de oro.

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