

Secciones
Servicios
Destacamos
Pedro López
Miércoles, 23 de marzo 2016, 01:44
Varios jóvenes alicantinos residentes en Bruselas vivieron con tensión y nerviosismo los momentos posteriores a los brutales atentados en el aeropuerto y en el metro. Uno de ellos es Darío Martínez , un estudiante de Elda que reside en Bruselas donde cursa Traducción con una beca Erasmus. Darío vivió ayer una auténtica pesadilla, ya que los atentados tuvieron lugar cuando se dirigía al aeropuerto. «Aún estoy con mal cuerpo, pero algo más tranquilo dentro de lo que cabe. Tenía un vuelo a Alicante a las 10.40 horas y para llegar desde mi casa al aeropuerto tengo que coger una combinación de metro y el autobús que te deja allí».
Este universitario eldense se enteró de lo sucedido a través de los móviles. «He subido al autobús y, de pronto, nos hemos empezado a enterar por nuestros móviles de que algo pasaba. Le hemos preguntado al conductor y nos ha dicho que no sabía bien qué pasaba, que nos podía acercar hasta la parada anterior al aeropuerto y luego desde ahí decidir si coger un taxi o lo que fuese...».
Sin embargo, tras saber lo sucedido, decidió regresar a casa. «Dos o tres paradas antes del aeropuerto ya nos ha informado de que se estaba produciendo un atentado con muertes incluidas y he cogido el bus contrario que me deja en Schuman... He bajado al metro Schuman y me han informado de que se acababa de cerrar, y la bomba ha detonado en el metro Maelbeek, justo la siguiente de Schuman...».
Darío ha vivido momentos de pánico. «He subido de nuevo a la calle y no operaban ni buses, ni metros, ni tranvías, nada. Estaba atrapado en Schuman y solo se oían ambulancias y policías. He tirado a andar dirección Botanique, que es donde vivo, y he tenido la suerte de que justo ha parado un taxi y he podido llegar sano y salvo a casa. Más que miedo, he pasado muchos nervios y pánico de encontrarme 'atrapado' en Schuman. Pero bueno, en estas situaciones tienes que guardar la compostura y pensar rápido...».
Después de no poder coger el avión que debía traerle a Alicante, Darío tiene previsto llegar esta noche. «Tras hablar con Ryanair, finalmente me han conseguido cambiar el vuelo para mañana por la tarde (por hoy) desde Charleroi, el otro aeropuerto». La preocupación entre sus familiares era evidente tras enterarse de lo que estaba ocurriendo. «Sí, han sido ellos los que me han avisado de que pasaba algo en Bruselas, y ya me he podido informar a través de mi móvil, pero han estado muy preocupados...». A pesar de lo ocurrido, Darío piensa seguir en Bruselas: «Llevo desde septiembre, estoy de Erasmus y, si nada cambia, estaré aquí hasta finales de junio». En Bruselas, este joven eldense compagina sus estudios con su pasión por la música: «En España tenía un grupo llamado Hoodoo, con el que nos movíamos bastante por Alicante y aquí he tocado un par de veces en la calle como hobby con un amigo que toca un minipiano».
«Ha sido impresionante»
Otro joven alicantino residente en la capital belga es Carlos Montesinos, un estudiante de Ibi que realizan un máster de saxofón en el Conservatorio de Bruselas y también vivió ayer una mañana caótica. «Resido en la zona de Botanique, el barrio de Saint-Josse-Ten-Noode, entre Schaerbeek y el centro. Iba de camino al conservatorio, en el tranvía, cuando ha sucedido el atentado del aeropuerto. Hasta que no he llegado al conservatorio no me he enterado de nada. Me he enterado por mi tío, que me ha mandado un whatsapp, y por mi profesor. Me han dicho lo de la explosión en Zaventem, pero no le he dado más importancia porque pensaba que había sido algo no muy importante. Cuando he acabado la clase y hemos leído la prensa, ha sido impresionante».
Carlos explica que el ambiente que se respiraba era tenso: «La gente iba agrupada en la calle, saliendo del trabajo para irse a su casa y estaba plagado de policías, militares... Y sobre todo el ruido de las sirenas y los helicópteros era constante, un ambiente un tanto surrealista. Yo personalmente no tengo miedo, personas buenas y personas malas hay por todos los sitios y en todas las culturas. Simplemente, tras los atentados, andaba con los cinco sentidos puestos en protegerme. Desconfiaba de cualquiera».
Una de sus preocupaciones era hablar con la familia: «Ahora mismo están tranquilos, pero esta mañana habían entrado en pánico, como es normal. Desde fuera todo se magnifica».
A pesar de la situación vidida, Carlos no piensa abandonar Bruselas: «Voy a acabar el máster. No puedo dejar de hacer mis objetivos porque unos terroristas quieran meternos el miedo en el cuerpo. Eso sería darnos por vencidos».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Una moto de competición 'made in UC'
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.