Eva María Lahoz
Jueves, 24 de marzo 2016, 01:41
La asamblea y la Comisión de Garantías de Guanyar exigieron ayer a la concejal Nerea Belmonte que dimita, como consecuencia de las polémicas adjudicaciones de contratos menores a una empresa integrada por personas que iban en su candidatura para liderar Podemos. Sin embargo, por el momento no se sabe qué va a hacer la concejal, dado que abandonó la asamblea antes de votar y tras una discusión acerca del censo. Criticó que el proceso «no ofrece suficientes garantías» y desde su entorno advirtieron de que al menos hasta el martes no va a dar ningún paso.
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Además, según informaron ayer desde el Consejo Ciudadano autonómico de Podemos, han decidido incoar a la concejal un expediente para que la juzgue el Comité de Garantías y presente allí todo su argumentario. Se basan en el informe elaborado por la gestora local que, dicen, «es exigente con Belmonte y confirma los hechos aparecidos en prensa», explicó el líder autonómico, Antonio Montiel. Como detalle, deja caer que Belmonte «no representa al partido, sino a una candidatura municipalista no vinculada orgánicamente a Podemos», es decir, pone distancia con ella.
Las resoluciones de ayer siguen la línea de todos los que se han pronunciado sobre el asunto, después de que le hayan exigido renunciar el PSOE, Compromís, Podemos e integrantes de Guanyar. No tiene casi apoyos, pero parece dispuesta a resistir. Desde su entorno se amenazó ayer incluso con impugnar la asamblea de ayer.
Si ella se enroca, el grupo municipal de Guanyar la echaría y el alcalde, Gabriel Echávarri, le quitaría las competencias. No obstante, el acta no pueden quitársela, por lo que pasaría al grupo de los no adscritos.
Antes de la asamblea, la Comisión de Garantías se reunió con la concejal para escuchar sus explicaciones y para trasladarle el resultado del informe que ha elaborado acerca de su caso.
Un informe que ella misma pidió el pasado lunes, con la esperanza de que le fuese favorable y decantase los votos de la asamblea a su favor. Sin embargo, fue muy contundente, en su contra. La comisión entiende que Belmonte ha vulnerado nada menos que cuatro artículos del código ético de Guanyar. En concreto, señalaron, el artículo 3.8, al participar «directa o indirectamente» en un proceso de contratación del Ayuntamiento y el artículo 3.7, por haber contratado con una empresa constituida con posterioridad a su toma de posesión como edil «corriendo el riesgo de generar dependencias o clientelismos».
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Asimismo, considera que incumplió el 3.2, por no haber renunciado a un regalo en forma de un pase para asistir a la Madrid Fashion Week «que le hizo una amistad común con los socios» de la empresa a la que contrató; y, por el artículo 3.11, por tolerar la adjudicación continuada con una empresa de amigos y por no «perseguir con firmeza» cualquier signo de «fraude o corrupción». Por ello, en virtud del artículo 1.6, entienden que debe abandonar su cargo.
Tras leer el informe en la asamblea, se procedió a organizar la votación y ahí empezaron las desavenencias. Y es que parte de los defensores de Belmonte entendían que, para forzarla a dimitir se tenía que obtener el 80% de los votos, por tratarse de una decisión de especial relevancia. Sin embargo, la mesa determinó que bastaba con el 60% establecido en las normas.
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Solventado este contratiempo, surgió otro con el censo. Algunos de los asistentes no estaban en él y creían que debían estar. Al final, Belmonte se enfadó y abandonó la asamblea antes de votar por entender que el proceso «no ofrece suficientes garantías».
Ya sin ella, se votó y salieron 33 votos a favor de la dimisión, 9 en contra y una abstención. Es decir, el 76,74% votó a favor de que renuncie al acta de concejal.
Ante la incertidumbre que generó el abandono de la asamblea por parte de Belmonte, pese a que el lunes dijo que haría lo que dijese, el líder de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, informó de que confía en que la edil «acate la decisión de la asamblea y deje su acta» y defendió que se cumplió «escrupulosamente» el reglamento.
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Si no lo hace el martes o el miércoles (tras los días festivos), el grupo municipal de Guanyar la expulsará y además se le comunicará al alcalde, Gabriel Echávarri, que confirmó que le quitará sueldo y competencias. Pasaría al grupo de no adscritos.
Una situación que complicaría mucho las cosas al tripartito, dado que dejaría de tener mayoría en el Ayuntamiento y estarían a merced de Belmonte.
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