Francisco Reyes Prieto
Viernes, 25 de marzo 2016, 02:15
Torrevieja vivió ayer la noche y madrugada de mayor recogimiento e intensidad de su Semana Santa con la celebración de las esperadas procesiones del Silencio y del Descendimiento del Calvario. Como cada Jueves Santo calles y plazas apagaron su alumbrado público, a lo que se sumaron numerosos comercios y viviendas que también dejaron a oscuras el recorrido de las dos procesiones. El bullicio que se vivió durante toda la jornada en la ciudad, que deja notar en estos días una gran presencia de visitantes, se quedó mudo a partir de las once en punto de la noche, cuando se abrieron las puertas del templo arciprestal de la Inmaculada, contagiando a las personas que allí se congregaron del perfume del incienso de los oficios celebrados por la tarde y también de la propia Cofradía del Cristo Crucificado y María Santísima del Silencio.
Publicidad
Antes encabezaron la procesión la Cofradía de La Convocatoria y Mujer Samaritana, con su trono insignia de la Cruz con el Sudario y el Ángel de la Pasión y su banda de tambores y cornetas, que ofreció un sonido más apagado que en otras ocasiones y cuyos capirotes sustituyeron el hachote por el farol con luz de vela de cera. Solo se escuchaba el martillo del capataz del Cristo de los salineros, Jorge Esteve, en la ceremonia de la salida de esta portentosa imagen de Manuel Hurtado Garre de 1954, camino de su barrio fundacional del 'Sequión'. Las voces de la Coral Francisco Vallejos pusieron la nota de emoción con la interpretación tradicional de 'Señor, me cansa la vida' y 'Madre del Silencio', en honor a María Santísima del Silencio, que a hombros de sus costaleras se incorporó al cortejo con su paso. Un trono adquirido el pasado año en Aguilar de la Frontera (Córdoba), que estrena este año en sus capillas laterales unas pequeñas imágenes de los padres de la Virgen, San Joaquín y Santa Ana, realizadas por Víctor García. Los momentos de mayor emoción volvieron a vivirse en el callejón del Turco.
También pasada la media noche, desde la Plaza del Calvario partió hacia La Inmaculada la Cofradía de Nuestra Señora de La Piedad, en medio de la oscuridad, el recogimiento y el silencio solo roto por su numerosa banda de tambores. En su salida, la Coral Manuel Barberá interpretó la tradicional 'Pasión de la Tía Tortas.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Marc Anthony actuará en Simancas el 18 de julio
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.