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El presidente de Coepa, Francisco Gómez, ayer, junto a Antonio Galvañ.

Coepa ofrece la paz a las patronales críticas para salvar a la organización

El presidente anuncia un plan para superar el concurso basado en duplicar los ingresos por cuotas gracias a la unión de todos los empresarios alicantinos, a los que garantiza concesiones

José C. Martínez

Sábado, 2 de abril 2016, 00:46

«El corazón de Coepa está sano». Estas palabras, pronunciadas ayer por el presidente interino de la Confederación Empresarial de la Provincia de Alicante, Francisco Gómez, dieron paso a la presentación de un plan de viabilidad para que la organización más antigua de la patronal en la provincia no se vea abocada a su desaparición, tras haber entrado en concurso de acreedores. Y en pro de ese objetivo está dispuesto a realizar cuantas concesiones sean necesarias para que todos los colectivos empresariales, incluidos los más críticos con ella, se integren en la organización y haya una sola voz, lo que haría factible duplicar los ingresos por cuotas.

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Los primeros pasos ya se han dado. De hecho, Gómez anuncia reuniones en un breve plazo con representantes de Cepyme, Fempa, Facpyme e Ineca (los dos primeros tuvieron en el pasado reciente duros enfrentamientos con la cúpula de la confederación, hasta el punto de que se produjo un estruendoso cisma) para sumarlos al proyecto de Coepa. «Ya he hablado con cada uno de los actores críticos con Coepa y todos tienen voluntad de sentarse a hablar, y lo vamos a hacer a partir del 11 de abril para tener un punto de partida y estar en este proyecto integrador», explica.

Para lograrlo, la actual Coepa plantea incluso una reforma de los estatutos que propicie que todo el mundo se sienta cómodo y ejerza el protagonismo que merece si con ello se alcanza el consenso, en lo que supone un giro radical en el talante de la entidad empresarial. «A este barco se va a subir cualquiera siempre y cuando los capitanes no tengan ambiciones extrañas, y aquí no las tenemos, lo puedo asegurar con total tranquilidad», expone el presidente de Coepa.

La actual dirección de Coepa alude a la fortaleza de sus asociados para superar la situación actual e iniciar una nueva etapa, sustentada en un cambio de modelo con una estructura reducida, fuerte, eficiente e independiente económica y políticamente, tal y como destaca Gómez, quien ayer estuvo acompañado del tesorero de la entidad y también director general de la Institución Ferial Alicantina (IFA), Antonio Galvañ. Ambos consideran como principales escollos la deuda que se arrastra con el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) por el centro de oficios, de cerca de cuatro millones de euros, y el dinero que habría que aportar al Fogasa como consecuencia de la drástica reducción de plantilla afrontada por Coepa. El dinero adeudado por cuotas pendientes a Cierval (medio millón de euros) y a los proveedores (unos 200.000 euros) se considera un problema de envergadura menor.

El presidente de la organización cree que la tasación del centro de oficios será clave, mientras que confía en la negociación para llegar a un acuerdo en el asunto del Fogasa. «Son dos negociaciones duras, pero no imposibles», subraya Gómez.

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Agrega que no es el momento de preparar la defunción de Coepa, sino de trabajar en unión con el administrador concursal para reflotar la confederación. Él y sus personas de confianza están impulsando un modelo de estructura que genere unos ingresos superiores a los gastos, tal y como explica.

La nueva organización con la que se considera que Coepa sería viable prevé unos costes por personal (no más de tres o cuatro empleados) y gastos corrientes inferiores a los 10.000 euros mensuales. Los ingresos actuales ya son superiores a esa cifra, puesto que rondan los 12.000 euros. Sin embargo, el presidente interino de la confederación pretende duplicar esa cantidad, hasta lograr un presupuesto anual de entre 200.000 y 250.000 euros, lo que permitiría ir liquidando deuda paulatinamente.

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Coepa afirma que ya está trabajando codo con codo con el administrador concursal para que las incógnitas se puedan resolver cuanto antes. Lo primero es la tasación del centro de oficios, que debe efectuar un perito. La patronal sostiene que este edificio es único en España y se debe tener en cuenta tanto su valor material como su papel como referencia nacional.

«Es un recurso público que tiene un fin social. Coepa no ha hecho ningún negocio con él», argumenta Galvañ. Confían en que se pueda aceptar el valor de reposición, descontando la minoración anual que se pueda fijar por el tiempo transcurrido desde la construcción del inmueble. Si esta opción fracasase, salvar a la confederación se antojaría misión casi imposible, máxime sin el apoyo del poder político.

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«La viabilidad pasa por reordenarnos y reducir la estructura actual. Desde el concurso de acreedores tenemos la esperanza de que, quizás, podamos realizarlo. Coepa es la confederación más representativa de la provincia, ya que aglutina a 41.000 empresas y 230.000 trabajadores. Esa base es muy fuerte, y eso nos exige que trabajemos en la búsqueda de soluciones y de la viabilidad futura», insiste Gómez.

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