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EVA M. LAHOZ
Viernes, 8 de abril 2016, 00:39
Sorprendente e inédita Peregrina la que se vivió ayer en Alicante. Los ciudadanos arroparon como siempre a la reliquia y, según cálculos municipales, cerca de 230.000 personas recorrieron los ocho kilómetros que separan la Concatedral de San Nicolás del Monasterio de Santa Faz. Sin embargo, los representantes políticos se mostraron más divididos que nunca, hasta el punto de que la Romería acabó fraccionándose en tres partes.
personas participaron en la Romería de la Santa Faz celebrada ayer, según fuentes municipales.
cañas con romero se repartieron en la Concatedral y el Ayuntamiento para los peregrinos.
minutos tardó la comitiva religiosa en recorrer los ocho kilómetros entre San Nicolás y Santa Faz.
La comitiva religiosa y, en teoría, oficial, fue seguida por una 'pseudooficial' en la que los protagonistas fueron los socialistas, incluidos el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el alcalde, Gabriel Echávarri, y Compromís, y a ambas se sumó la ya tradicional romería cívica.
Echávarri ya había advertido hacía unos días de que participaría en la comitiva oficial, pero «a cierta distancia» de la reliquia. Pero es que esta distancia al final se alargó tanto que se tradujo en una diferencia de 20 minutos entre la llegada de la cabeza de la Peregrina y la suya, para desesperación de las autoridades religiosas, que ya pensaban que no llegarían a tiempo a la misa.
Concatedral no, misa sí
Los socialistas, que justificaron el excesivo retraso en que se habían quedado «atrapados» entre el gentío, al intentar dejar un pequeño espacio con las autoridades religiosas, al final hicieron una especie de híbrido entre la Romería religiosa y la cívica, ya que salieron desde la plaza de la Concatedral de San Nicolás, pero ni Echávarri ni Puig llegaron a entrar en ella, al parecer, por decisión del primero, que le recibió en la plaza y le colocó la chapa de Hogueras, bromeando con que quizá le «pinchaba» con ella. Sin embargo, después sí que asistieron a la misa frente al Monasterio.
En Compromís, la situación fue aún más compleja, ya que parte de ellos, incluidos el conseller Manuel Alcaraz (el único que fue), y el concejal Natxo Bellido, salieron de la plaza de la Concatedral, mientras que otros concejales lo hicieron desde el Ayuntamiento. Por el camino, sin embargo, se encontraron todos y al final compusieron, con los socialistas, la comitiva 'pseudoficial'. Pero, después, los de Compromís no asistieron a la misa.
Ciudadanos también dio libertad a los suyos para salir de la Concatedral o del Ayuntamiento, con la romería cívica. Así, varios concejales y el diputado Fernando Sepulcre hicieron lo primero, mientras que el portavoz municipal, José Luis Cifuentes, otros ediles, la diputada María del Carmen Sánchez y el senador Luis Crisol optaron por lo segundo.
Los únicos que se mantuvieron fieles a la tradición fueron los populares, que a las 8.15 horas partían desde la Concatedral tras la réplica de la reliquia y las autoridades religiosas. De hecho, daba la impresión de que nada había cambiado en los gobiernos local y autonómico, porque otros años eran ellos los que presidían y la oposición iba con la romería cívica.
Entre las filas del PP, el presidente de la Diputación, César Sánchez, casi todos sus diputados, la senadora Asunción Sánchez Zaplana, los ediles alicantinos, la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, y el presidente provincial, José Císcar.
Con algo de retraso, comenzaban en la Concatedral las letanías que preceden a la Romería. El párroco, Ramón Egío, acompañado por el obispo, Jesús Murgui, y el síndico municipal, Carlos Giménez, único concejal socialista que participó en la comitiva religiosa, las dirigieron. Pidieron por «todos los que han perdido la vida por sus creencias, cristianos y también musulmanes» y por las víctimas de los atentados de Bruselas y Paquistán.
«Necesitamos misericordia»
Antes de salir, Murgui explicó a este diario que la Santa Faz es especial todos los años, aunque «este año tiene un puntito especial porque es el Año de la Misericordia y vinculamos mucho a la misericordia del Señor la imagen de la Santa Faz». El obispo añadió que pediría «misericordia para uno mismo, que la necesitamos todos, y para toda la humanidad, que está muy necesitada».
Nada más salir, se producía la escena curiosa de todos los años, los políticos (del PP en su mayoría) intentando no perder a los guías religiosos. Todos iban ataviados con sus camisolas negras, aunque algunos, como el portavoz municipal Luis Barcala, bromeaban porque les faltaba alguna y habían tenido que recurrir a la que siempre había llevado Miguel Valor. También se preguntaban dónde estaba el alcalde y, con chanza, si se había ido a «reunirse con Ikea».
En la plaza de Santa Faz se produjo el encuentro con la Verónica, que, un año más, acompañó a la réplica de la reliquia hasta Santa María. A partir de ahí, siguió su camino a muy buen ritmo. Tanto que en una hora y 35 minutos, a las 9.49, estaban ya en el Monasterio.
Pero tuvieron que esperar a las autoridades socialistas y de Compromís que, muy atrás, avanzaban con bastante más lentitud, acompañados por una colla de dolçaina y tabalet y por los 'gegants'.
Puig y Echávarri fueron hablando la mayor parte del camino animadamente y solo se separaron en escasas ocasiones. El presidente también intercambió impresiones con Bellido y el alcalde prestó atención a la Bellea del Foc, Carmen Caballero, con la que hoy se reúne en Gotemburgo. Tras un momento de indecisión inicial, se decidió que Caballero debía ir con esta comitiva y no con la religiosa. También a la Infantil, Daniela Guzzardo, que tuvo algún contratiempo porque la pisaron y todos se pararon para atenderla. Fue el único descanso, ya que no tuvieron que pasar por la 'paraeta' para degustar los rollitos y la mistela, porque se los llevaron en bandeja. Tampoco probaron la coca de 20 metros, novedad de este año.
Al final, tardaron 20 minutos más en hacer el recorrido y llegaron a las 10.10 al Monasterio, donde les esperaban para abrir el camarín, sacar la Santa Faz y comenzar la misa. Miles de peregrinos ya se habían convocado en la explanada y en los alrededores y celebraban poder seguir en directo la apertura del camarín y la misa desde la pantalla gigante.
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