El ladrón de un banco atropella en Orihuela a dos mujeres en su huida

Planificó el atraco de forma desastrosa y acabó protagonizando una huida tan catastrófica que no le dio tiempo ni a pensar en qué se iba a gastar el botín. El atracador de la sucursal de Cajamar de Santomera, en Murcia, atravesó a pie la calle Maestro Puig Valera, que tiene cámaras de vídeo de tráfico. Por si no había corrido el suficiente riesgo de que su imagen fuese captada por las cámaras, también se adentró en el banco 'a pelo': con el rostro al descubierto. Eran las 8.45 horas cuando se aproximó al trabajador de la caja, le enseñó un arma y le dijo: «No te pongas nervioso». El ladrón sí mostró temple, porque esperó a que abriesen la caja fuerte. Cuando se hizo con el dinero, salió tan pancho, caminando por la misma calle, en dirección a Murcia, y cogió un turismo para emprender su huida.

«Cuando vine a abrir mi negocio ya estaba la movida montada; había hasta un helicóptero dando vueltas», precisaban en el salón de belleza que hay pegado al banco. Al dispositivo aéreo se sumaron controles de Guardia Civil y Policía Local en todos los accesos de Santomera. Los agentes disponían de una completa descripción del sospechoso gracias a las grabaciones de la sucursal. Pero el ladrón huyó por una carretera nacional. Debía ir, según fuentes de la Benemérita de Alicante, bajo los efectos de las drogas

Las mismas fuentes precisaron que iba haciendo eses, que no es la mejor manera de darse a la fuga sin llamar la atención. Se convirtió en un peligro al volante para el resto de conductores y una pareja de agentes de la Guardia Civil de Tráfico del destacamento de Orihuela comenzó a perseguirle. El atracador trató de darles esquinazo adentrándose en el casco urbano oriolano y estuvo a punto de provocar una tragedia. En las inmediaciones del Teatro Circo arrolló a una mujer, aunque sin causarle heridas. Pero al llegar a la calle Ronda Santo Domingo atropelló a otra, esta vez sí, lesionándola. La víctima fue atendida y trasladada al hospital Vega Baja.

Solo tras los dos atropellos redujo la velocidad del vehículo y dejó a un agente que se acercase con su motocicleta. El guardia civil se aproximó y en unos segundos lo redujo, tumbándolo contra el asfalto.

La Benemérita le intervino un arma simulada y más de 12.000 euros, antes de conducirle a los calabozos del puesto de Orihuela. Una vez allí, se quedó dormido y los agentes tuvieron que despertarlo para tomarle declaración. En breve será trasladado a los juzgados de Murcia.