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Parte de los cuentos que han recibido en el colegio Gloria Fuertes de Alicante para entregar a los niños.

Desbordados por los libros

Alicante se vuelca en la iniciativa del colegio Gloria Fuertes y recibe miles de cuentos para alumnos de 3 a 6 años sin recursos

Esther Brotons

Sábado, 23 de abril 2016, 00:54

El objetivo era alcanzar 150 cuentos, uno para cada alumno de 3 a 6 años, pero no se esperaban tanta respuesta. El colegio público Gloria Fuertes de Alicante, ubicado en la Zona Norte, se ha visto desbordado por los libros. Impulsó una iniciativa a través de un vídeo en youtube ante las necesidades que detectaron entre sus escolares de Infantil y que van más allá de la alimentación. Descubrieron que muy pocos niños tenían un cuento en su casa y entre los pocos que respondieron que sí, éste era heredado.

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El centro celebró ayer una fiesta para intercambiar rosas hechas por madres y padres voluntarios a cambio de un cuento. Y acudieron representantes de diferentes colectivos. Desde los Bomberos del Consorcio que llegaron con el camión, haciendo las delicias de los pequeños, y donaron ocho cajas con libros recogidos más otra con material que compraron, a usuarios del Centro San Rafael que tampoco quisieron faltar a la cita y hacer su aportación, y antiguos alumnos del colegio y estudiantes y profesores de otros centros educativos.

El volumen de entregas todavía no se ha podido calcular, pero «son miles», afirmaba ayer el director del Colegio Gloria Fuertes, Emilio Ruiz, que también recibió la visita de la concejal de Educación de Alicante, María José Espuch. «El objetivo era cubrir a 150 niños con cuentos de calidad literaria y se ha superado. Es emocionante y como director quieren felicitar al equipo de educación Infantil por llevar a cabo esta iniciativa», destacó.

La jornada de intercambio de rosas por cuentos comenzó a las dos y media de la tarde, pero toda la semana ha sido una «locura» de llamadas de representantes de colectivos y particulares que querían entregar lotes. Una cantidad ingente de material que ahora tienen que seleccionar porque hay usados y nuevos y, entre tantos miles, algunos que no cumplen con el mínimo que se pedía. Según el director, «se trataba de ser solidario, no de un acto de caridad para limpiar la casa de libros que ya no sirven; ahora tenemos un importante trabajo de selección para aprovechar toda esta riqueza literaria porque estos libros no son para el colegio, son para los niños que están felices y ahora se podrán llevar muchos a casa».

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