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Uno de los bomberos voluntarios de Gerca busca supervivientes en mitad de un edificio derruido en la localidad ecuatoriana de Manta.

Regreso a casa con misión cumplida

Duras condiciones de trabajo en Ecuador, a 30 grados y con más de 200 réplicas

José Vicente Pérez Pardo

Sábado, 23 de abril 2016, 00:54

Los tres bomberos del Grupo de Especialistas en Rescate Canino de Alicante (Gerca) y dos enfermeras desplazados a Ecuador para ayudar en las tareas de rastreo de víctimas y cura de los heridos regresarán esta tarde a Alicante después de haber pasado casi una semana trabajando duramente en la localidad de Manta, al noroeste del país y una de las afectadas por el seísmo del pasado sábado. Con ellos viajaba 'Titán', un perro experto en rastreo y campeón de España de rescate.

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En la última jornada, pese a que las autoridades comunicaron que ya no podían hacer nada después de una semana de búsqueda, los miembros del Gerca realizaron una intentona para localizar algún superviviente. No pudo ser tampoco.

La expedición retorna exhausta, pero puede sentirse orgullosa de haber ayudado en todo lo han podido. Pese a que no han localizado ningún afectado vivo, han rescatado numerosos cadáveres que se habían quedado sepultados por las ruinas del terremoto. Ya decían a la salida que las primeras 24 horas eran las prioritarias y es donde parece que han fallado las autoridades ecuatorianas.

A su llegada, se encontraron que en muchas localizaciones se había utilizado maquinaria pesada (palas, excavadoras, etcétera) en los primeros momentos y eso ha sido contraproducente porque se han tapado huecos donde podían quedar supervivientes.

Este hecho ha dificultado aún más unas tareas que han sido especialmente complicadas, puesto que todos los factores parecen que se hayan vuelto en contra. En los días posteriores al seísmo se han producido unas 200 réplicas, «la tierra no ha parado de estar activa», afirma Mario, coordinador de Gerca desde Alicante. Pero esto no amilanó al equipo, que sabía cómo tenía que actuar en cada momento.

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Lo peor ha sido el clima. Los voluntarios han trabajado jornadas maratonianas a 30ºC y con una humedad del 85%, condiciones muy difíciles, puesto que rápidamente quedaban deshidratados. La expedición alicantina, que ha trabajado en unión de Bomberos Unidos Sin Fronteras, iba acompañada por militares encargados de vigilar los suministros. Especialmente cuidadosos han sido con 'Titán', el verdadero especialista. «Siempre tenemos que estar atentos para que nada le falte al animal», explica Mario desde la retaguardia.

Pero su nombre tiene un motivo. A pesar de las dificultades, «el animal ha mostrado una fuerza descomunal», le han contado los compañeros. Cada cinco horas de trabajo solo tenía que descansar diez minutos y ya estaba otra vez listo para revisar más metros cuadrados. Sin embargo, su olfato no ha encontrado rastro de vida. Pero que no sea porque no lo han intentado.

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