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Alumnos durante una de las pruebas de selectividad en la UA.

La reválida de Bachillerato será similar a la antigua selectividad

El Ministerio de Educación y los rectores pactan la prueba de acceso a la universidad, que no será tipo test, tras años de debate

R. A.

Jueves, 28 de abril 2016, 01:15

La nueva prueba final de Bachillerato comenzará a aplicarse a partir del curso 2016-17 en lugar de la selectividad. Finalmente tendrá un formato similar a ésta, no incluirá preguntas test como se preveía en un borrador y con la que también se podrán alcanzar 14 puntos. El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, explicó ayer las características de la prueba en la que Educación determinará el marco legal, diseño y contenido de la prueba sobre asignaturas troncales -cinco materias-, dos opcionales y una específica, a elección estas tres últimas de los estudiantes. Las comunidades autónomas desarrollarán los exámenes, preguntas o fechas.

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  • Examen. La prueba será sobre cinco asignaturas troncales, dos opcionales y una específica, estas tres a elección de los estudiantes.

  • Puntuación. La nota más alta será 14 y el examen supondrá un 40% y la media del Bachillerato, un 60%.

  • Entrada en vigor. Comenzará a aplicarse el próximo curso y concurrirán los 400.000 alumnos que aprueben Bachillerato.

El 60% de la nota de los dos cursos de Bachillerato se sumará al 40% del resultado de esta nueva prueba que fija la Lomce. El presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades (CRUE), Segundo Píriz, recalcó que están en la línea de que las universidades no hagan otra prueba de acceso, como permite la Lomce, aunque celebrarán una asamblea en la que abordarán este tema.

No obstante, Píriz reconoció que una de las cosas que más «preocupaban» a los rectores era no romper el «distrito único universitario» (que valgan las mismas notas para todas las universidades) y «favorecer a todos los estudiantes» porque cree que «no tenía sentido» que un alumno tuviera que hacer exámenes en distintas universidades. El hecho de que la prueba que haga un alumno en su ciudad y la nota que saque le sirvan para desplazarse por todo el sistema universitario es «una buena noticia», añadió.

Méndez de Vigo habló de «seguridad y marco homogéneo» en cuanto a esta prueba que deberán realizar el próximo curso los cerca de 400.000 alumnos que terminen segundo de Bachillerato.

La Lomce fija que la prueba del curso 2016-17 valdrá para acceder a la universidad pero no tendrá efectos para conseguir el título de Bachiller, como sí ocurrirá en los cursos siguientes.

«Las universidades queremos ponérselo fácil al alumno» porque «ya han vivido tiempos de incertidumbre», comentó Ángela Barrios, secretaria ejecutiva de CRUE Asuntos Estudiantiles. Barrios añadió que el Ministerio quiere recopilar datos para ver si hay «variables sociodemográficas» que influyen a la hora de hacer la prueba pero que es un tema que no está cerrado.

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Las nuevas pruebas serán aplicadas por profesores del sistema público y los equipos directivos y el profesorado de los centros participarán en su realización. El real decreto de la nueva prueba también regulará el acceso desde la FP y resolverá situaciones transitorias para los estudiantes del actual sistema.

Por su parte, la portavoz del Sindicato de Estudiantes, Ana García, tachó la nueva evaluación de «reválida franquista» con el objetivo de «cortar el paso a miles de estudiantes». «Esto no es la nueva selectividad sino la antigua reválida franquista, una forma de cortar el paso a miles de estudiantes a la universidad, que pretende ser un filtro incluso para los estudiantes que hayan aprobado todas las asignaturas», alertó.

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Sindicatos de Enseñanza también se mostraron escépticos ya que consideran que se podría generar «inseguridad jurídica» al dejar a las universidades la decisión de realizar o no una prueba propia y apuntaron que el Ministerio plantea una «reválida» que ni entienden ni comparten. Los sindicatos piden que se quede «como estaba».

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