Bernat Sirvent
Miércoles, 4 de mayo 2016, 01:28
Yaissel Sánchez Orta, de 38 años, nacida en Cuba y responsable hasta ahora de Empleo del sindicato comarcal UGT en l'Alacantí-Les Marines, dirigirá más que previsiblemente, desde el viernes, el sindicato, que deja de ser ejecutiva para convertirse en secretaría territorial tras los cambios de estructura que introduce la dirección de UGT-PV. Sustituirá a Óscar Llopis Barragán, quien abandona la secretaría general tras tres mandatos consecutivos y casi cuatro décadas de afiliación activa «porque no hay que eternizarse en los cargos».
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Yaissel Sánchez Orta cuenta ya con el principal requisito para ser la elegida, pues debe tener el aval del 51% de los delegados de Alicante y La Marina que acuden al VIII Congreso nacional de UGT-PV para elegir a Ismael Sáez (en sustitución de Gonzalo Pino) y tiene garantizados doce de trece, ya que ella no se ha votado a sí misma. Debe contar, además, con el refrendo del 25% de todos los delegados del Congreso, pero todo apunta a que los conseguirá, por lo que se convertirá en la primera mujer en dirigir UGT de Alicante en toda la historia. Se da la circunstancia de que los dos puestos de máxima responsabilidad sindical en la provincia los ostentarán dos mujeres, ya que Consuelo Navarro dirige por segundo mandato CC OO en Alacantí-Les Marines.
Llopis, el cual seguirá vinculado como colaborador en todo lo que pueda con los compañeros de su federación de la Construcción, a la que pertenece desde hace casi cuarenta años (es empleado y secretario del comité de empresa de la constructora Ecisa), cree que su paso atrás significa que la renovación «es un activo en esta organización, además de que personalmente pienso que los cargos no deben eternizarse, porque hay compañeros y compañeras que deben estar en puestos de responsabilidad». Al ser preguntado por la evidente unidad que muestra UGT Alacantí-La Marina al avalar unánimemente a la candidata Yaissel, Llopis asegura que «es total entre todas las federaciones». Yaissel Sánchez Orta lleva diez años vinculada a UGT trabajando en distintas áreas y desde hace siete está en la ejecutiva, con mayoría de mujeres.
Llopis realizó, en declaraciones a este diario, un balance positivo pese a la «denominada crisis económica, ya que se ha intentado, en momentos difíciles para los sindicatos mayoritarios como UGT, combatir las políticas agresivas que nos han llevado hasta aquí». «Ha sido muy satisfactorio para mí desarrollar esta responsabilidad como secretario comarcal en una organización como ésta, era un reto personal muy grande, aunque yo siempre he trabajado en equipo, nunca he llevado en mi mochila al sindicato», añade Llopis Barragán, cuyo estado físico también se ha erosionado durante los últimos años de movilizaciones día sí día también por un problema de cadera. De hecho, UGT de Alicante y La Marina ha participado directamente en 224 movilizaciones, lo que supone prácticamente un acto cada dos días. El veterano sindicalista, muy próximo a la causa saharaui, que siempre ha abanderado junto a su actividad propia, cree que el sindicalismo de base ha variado mucho en los últimos quince años, «cuando todo era tema laboral, ahora con la crisis hemos ampliado nuestro abanico a la sanidad, educación, dependencia, desahucios, es decir, a todos los problemas que han afectado y afectan la realidad de las personas en el día a día». Admite que ha habido una crisis de afiliación, pero no se ha producido desafección como tal de la clase trabajadora, «pues ha seguido viniendo a los sindicatos a plantear sus problemas, no en balde negociamos tres mil convenios en toda España».
Economía sumergida
A sus 60 años y una experiencia acumulada en el sindicalismo tanto de puertas afuera como adentro, Llopis cree que se va con dos asignaturas pendientes. Una, la economía sumergida, que «no es fácil de solucionar, pero cuanto más tarde se pongan medios más costará de erradicar, por lo que el Gobierno debe reforzar la Inspección de Trabajo». La segunda asignatura, el cambio de modelo productivo. Llopis lo tiene claro también aquí, pues lleva varios años denunciando la poca si no nula efectividad de los muchos y costosos planes estratégicos para cambiar el modelo productivo de la provincia. «Todos los planes describieron las debilidades de nuestra economía, pero ninguno propuso medidas y plazos para resolver el necesario cambio de modelo». «Hay que creérselo», sentencia Óscar Llopis, quien tiene palabras de recuerdo para sus antecesores Franco, Abelló, Eduardo y Cabo. Y, en general, para los miles de afiliados que sigue teniendo UGT en la provincia y en el conjunto de la Comunitat Valenciana, clave en el confederal.
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